viernes, 9 de marzo de 2018

LOS TIPOS DE VENEZOLANOS




Los venezolanos somos gente curiosa. Pero no hablo de esa curiosidad que nos lleva a querer saber el por qué de algo (¡que también!), sino curiosos en nuestro actuar.

Si bien es cierto que no podemos generalizar y decir que todos somos de una u otra forma, podríamos resumir algunas cosas con frases como: “todos conocemos a alguien así”. Decimos que todos conocemos a alguien así cuando nos referimos a algo “moralmente bajo”. Al contrario, cuando nos referimos a algo bueno, no conocemos a “alguien así”, sino que afirmamos “yo soy así”. Eso es algo muy típico de nosotros. No sé si también sucede en otras nacionalidades o culturas. No sé. Pero puedo afirmar sin duda alguna que NOSOTROS si somos así.

Venezuela está sufriendo en este momento un desangre que no había sufrido antes, en ningún momento. No solo un desangre económico, que es el más fácil de arreglar, sino un desangre moral y ético. Un ejemplo de esto lo podemos apreciar en la crisis tan brutal que sufre el país al atravesar la hiperinflación mas grande del mundo. Ante esta situación, los precios de cualquier producto se vuelven tan altos, que la cantidad de efectivo para adquirirlos es tan grande que casi se hace necesario llevar una carretilla de billetes para pagar un cartón de huevos y dos kilos de tomate. Nuestro billete de mayor denominación no puede comprar ni un cartón de huevos.

Esta situación hace que el efectivo sea ESCASO, puesto que las cantidades son demasiado grandes y el efectivo se comienza a concentrar en pocas manos. La respuesta a esto ha sido la implementación de sistemas electrónicos de pago que faciliten las transacciones y así evitar el transporte de masas de dinero. 

Bueno. Sucede que ahora, el precio para adquirir cualquier cosa se ha dividido: en efectivo es más económico que si usted hace la compra con métodos electrónicos, como una transferencia o pago con tarjeta de débito. Pero tener efectivo, cuando los bancos no expenden más de 20.000 bolívares diarios por persona (10 CENTAVOS DE DÓLAR) es casi imposible. Aquí es donde los venezolanos encontraron el negocio. Ahora hay gente que VENDE EFECTIVO. Y el precio al que lo vende es de mas de 200% de sobreprecio sobre su valor real. Es decir, que si usted necesita 100 bolívares, el traficante de efectivo le vende el billete de 100, pero en 300. Usted le paga a él con transferencia.

Esto se repite en una larga cadena que incluye al traficante, al comerciante, al banquero, al policía, al alcalde, al camionero que transporta, etc. Entonces el producto que debería costar 100, cuesta 300, cuando el verdadero precio debería ser 40. ESTO ES LA HIPERINFLACION y la famosa VIVEZA CRIOLLA, de la que muchos venezolanos se enorgullecen alegremente como si ello fuera un “don de la naturaleza”.

Todo el mundo se queja. Eso sí. Todos maldicen cada día el abismo al que el país parece haberse lanzado. Son pocos los que se detienen a pensar que cuando vende el efectivo, esta colaborando a la desgracia de todos. 

Pero la cosa no es tan simple. Lo sé. Si necesitas comprar comida o medicina, no te queda mas remedio que acceder a negociar con estos mercaderes de la miseria. Y es que este mercado de la miseria es amplio. No solo hay quienes venden efectivo. Están los que trafican las cajas de CLAP. Están los que te sacan el pasaporte rápido. Están los que te “borran el carro robado del sistema”. Los que te quitan antecedentes penales. Los que te sacan la licencia de conducir, o el certificado médico. Están los que te venden un certificado de salud para locales de comida, los que te consiguen la medicina, o los cauchos, o el aceite para el motor. Hay quienes incluso te venden un título universitario. Los que te consiguen papel para la impresora, los que te sacan papeles para cualquier vehículo, los que te consiguen citas con organismos de estado o privados, los que apostillan, los que te venden comida que es casi imposible de encontrar por vías normales, los que te consiguen un teléfono barato, o te desbloquean un teléfono robado para que lo puedas usar. Están los que te consiguen lo robado si les pagas, los policías que te venden pistolas, o los que le cobran protección a los presos para que puedan hacer “pranatos” dentro de las cárceles. Están los que te consiguen a un secuestrado “si te bajas de la mula”… básicamente, hay gente para conseguir lo que sea… Cuando vemos hacia adentro de nuestra propia sociedad, una muy buena parte colabora con la miseria de la que se queja. Como dije antes, seguro todos conocemos a “alguien así”.

No es que quiera criticar desde afuera lo que sucede en nuestro país (NUESTRO, porque también soy venezolano), pero creo que es bueno detenerse a pensar a veces en que es lo que esta pasando.
Solemos hablar en tercera persona: ES QUE SON UNOS LADRONES. ES QUE A NADIE LE IMPORTA ESTO. ES QUE NADIE HACE NADA. Pero muy, muy pocas veces somos nosotros los que hacemos. Siempre estamos esperando que OTRO nos resuelva todo. Ya sea el gobierno, o la MUD, o Capriles, o la Asamblea Nacional, o María Corina, o un Superman que venga y cambie al gobierno y ahí si entonces el nuevo gobernante nos resuelva todo. ¿Será ese el problema de fondo? 

Me pregunto: ¿Quién aceptó que nos marcaran los brazos con marcador para poder comprar leche? ¿Quién aceptó que los cubanos se nos metieran hasta en el proceso de hacernos las cedulas? ¿Quién aceptó que una franela roja valiera más que un título universitario? ¿No fuimos nosotros mismos? ¿No fuimos acaso la sociedad venezolana la que poco a poco fue aceptando cada miseria hasta convertirla en costumbre y hasta en obligación? ¿Como es posible que protestemos porque no llega la caja CLAP en lugar de protestar porque el gobierno acosa a los supermercados y cierra los comercios que antes nos proveían de todo sin tener que comprar efectivo, o sin marcarnos con marcadores, o sin necesidad de carnets de la patria?... Pues así somos… Repito: no podemos generalizar, pero el lector medianamente inteligente comprende mi punto. Seguramente muchos han visto en una calle como la GN entra a un local a humillar y prácticamente a obligar a quebrar un negocio obligándolo a vender su mercancía a precios imposibles. ¿Qué sucede cuando eso pasa? ¿La gente protesta y acude a apoyar al comerciante? ¿O hace cola inmediatamente afuera para colaborar con el quiebre de ese negocio mientras se alegra de haber justamente pasado por ahí en ese momento? Luego nos quejamos de la situación.

Se que algunos dirán: ¡Claro! ¡Muy cómodo criticar desde afuera! A esos les adelanto: Aunque a usted le duela lo que digo, eso no cambia la verdad. Esto es verdad lo diga yo, o el Dalai Lama, desde EEUU o desde China.

Pero no todo es malo. Hay, por ejemplo, venezolanos en el exterior que han soportado al país mas que cualquier gobierno. Y no exagero. Voy a dar varios ejemplos:

Durante 2017, hubo varios meses de protesta en Venezuela. Seguro todos las recuerdan. Algunos hasta quieren ser una suerte de “pequeños héroes” asegurando que ellos eran una suerte de Rambos en esas protestas. No faltan los MILES que aseguran haber estado al lado de Neomar Lander cuando lo mataron. Cuando a Neomar lo mataron, había cerca de 8 personas junto a él. Hoy, resulta que son CIENTOS los que afirman incluso haberlo cargado en plean agonía. Hoy son millones los que “arriesgaron la vida” desde twitter. La verdad es que eso es muy típico de nosotros los venezolanos. Yo le llamo cientificamente a esa manera de ser “Protagonismo mamaguevo”.

Durante esas protestas, el gobierno venezolano gastó mas de 5.600 MILLONES DE DÓLARES EN ARMAMENTO para enfrentar las protestas y asesinar a los que cayeron bajo las balas o en una celda. El gobierno venezolano no invirtió en cambio NI UN DÓLAR en insumos médicos para hospitales.

El grupo de Primeros Auxilios UCV, voluntarios de la Universidad Central de Venezuela, que es un grupo de estudiantes de medicina armados con no más que cascos y banderas, se adentró en cada protesta a socorrer a los heridos de manera gratuita y voluntaria. Lo hicieron cada día, todos los días, sin que nadie los mandara y sin que nadie los protegiera. Todos los días por meses...

Unas semanas después de comenzadas las protestas, la Guardia Nacional y la policía del régimen, comenzó a atacarlos directamente cuando los veía rescatando gente. El gobierno los marcó como “objetivos de guerra”. Aun así, esos muchachos siguieron ayudando a los heridos. Eso es arriesgarse por un ideal noble.
Poco tiempo pasó antes de que la GN les incendiara los vehículos y robara sus insumos y equipos. En un país donde comprar leche es un lujo, hablar de insumos de primeros auxilios es un sueño irrealizable. ¿Como se podía avanzar así?... Pues una delegación de estos muchachos, encabezada por una joven estudiante, chiquitica pero GRANDÍSIMA llamada FEDERICA DÁVILA, viajó a Miami por solo 2 días para solicitar, desde varias instancias, AYUDA Y DONACIONES para poder seguir trabajando.

Tras el pedido de Federica y sus compañeros, en solo 12 horas, la cantidad de donaciones recibidas fue tan grande, que se pudo reequipar no solo a los primeros auxilios de la UCV en Caracas, sino que se equiparon 7 grupos más como ellos en todo el país. De inmediato, numerosos servicios de Courrier de venezolanos se pusieron a la orden. De esta manera el transporte y distribución de esos insumos, desde todo EEUU y hasta las manos de esos muchachos, se hizo COMPLETAMENTE GRATIS. Cada donación, era hecha por venezolanos que estábamos en EEUU. Sin eso, la masacre hubiese sido muchísimo mayor. Las donaciones abarcaron desde equipos para comunicación, uniformes, mascaras antigás, medicinas, protección y una cantidad inimaginable de cosas que ellos necesitaban.

Pero el transporte de todo este material no fue fácil, pues el gobierno procedió entonces a cerrar los puertos y a prohibir la entrada de cualquier tipo de ayuda por considerarlo MATERIAL DE GUERRA. La lista de artículos prohibidos incluyó equipo de protección deportiva, máscaras antigás, gotas para los ojos, kit de primeros auxilios, antiácidos, gasas, metras o rolines de cualquier material, plomos de pescar, lentes de seguridad, guantes, pinturas, e incluso comida. Para los que no creen, les dejo un hilo con la noticia:

Para sortear esta traba, la gente de los courriers tuvo que idear maneras casi de película para poder hacer llegar los insumos a quienes los necesitaban. Fue así como se establecieron rutas de distribución clandestinas con colaboradores en todos los niveles, dedicados a recibir mercancías en Colombia y Ecuador, Aruba y Curazao, para esconder el material y pasarlo clandestinamente hacia Venezuela para su posterior distribución interna, en manos de otra serie de voluntarios. Todo esto se hizo arriesgando la vida, gratuitamente, en una larga cadena de personas que solo querían ayudar. TODO llegó a las manos de esos muchachos. TODO se hizo, gracias a los venezolanos en el exterior. ESO, es compromiso y solidaridad.

Esos son los venezolanos. Los del lado bueno, allá y aquí.

Otro ejemplo, de los venezolanos y como son, esta sucediendo hoy día. 

A diario, MILES de venezolanos reúnen lo poco que pueden para montarse en un autobús e irse a destinos en el sur. Buena parte de esos destinos son Ecuador, Perú y Argentina. 

La mayoría de los viajeros no tienen más dinero que el necesario para afrontar medianamente un viaje de hasta 15 días en autobús hasta un destino incierto. Y se van en bus porque ya en Venezuela no se pueden comprar boletos de avión, ni por el precio, ni por la disponibilidad. (SI. TAMBIEN EN LA VENTA DE BOLETOS DE AVION ESTAN LOS MERCADERES DE MISERIA).

Llegar a Argentina o Perú no es solo una travesía larga, sino que amerita numerosos trasbordos de un bus a otro. El cansancio, el hambre y la desesperación muchas veces vence a mas de uno que sólo encuentra calma tras horas de llanto en su asiento. No es difícil encontrar en esos buses, decenas de personas llorando, o niños con hambre y miradas perdidas. 

Para salir de Venezuela, primero se debe llegar a la frontera con Colombia. Si se tiene suerte, en el camino, quizá en las constantes revisiones en las alcabalas de la Guardia Nacional un pasajero no tendrá que pagar TANTOS sobornos, sino unos pocos solamente. Pero si no es tan sortario, puede incluso con los sobornos pagados, quedar detenido en una cárcel o sin su equipaje porque algún oficial lo decomisa con cualquier excusa. No faltan los Guardias que sabiendo que un bus lleva pasajeros con destino en el exterior, se dedican a decomisarle los pocos dólares que llevan.

Llegado a la frontera con Colombia, miles de personas están tratando de pasar al otro lado. En este punto, el bus deja en tierra con todo su equipaje a los pasajeros. Del otro lado, si logran pasar, estará otro bus que los llevará a otro punto del trayecto. La espera para pasar este punto puede llegar a ser de hasta 18 horas. Ahí veremos cientos de familias tratando de pasar en medio de un caos que solo se puede afrontar cuando se está desesperado.

Solo una vez llegados a Colombia, la situación cambia y la presión baja. Pero el viaje desde Cúcuta, Colombia, hasta Quito, Ecuador, dura poco más de 20 horas.

En Quito, finalmente, se llega al destino desde el que se puede ir a prácticamente a cualquier parte. El terminal terrestre de Quito. Pero llegar a Quito, desde Venezuela, puede ser un proceso de hasta 3 días.

Sucede que, a sabiendas de esta situación, un grupo de venezolanos en Ecuador, se han dado a la tarea de recibir a todos esos autobuses llenos de compatriotas que buscan un nuevo destino huyendo de la dictadura en la central de buses de Quito. Los reciben no solo con alegría para darles valor y fuerza, sino con comidas y bebidas GRATIS que ellos mismos preparan, porque saben que los que vienen en esos buses, en su mayoría, no pueden ni afrontar un almuerzo.

Pero no contentos con esto, cada plato de comida tiene mensajes escritos a mano para quien lo recibe.
Mensajes como “FUERZA”, “ADELANTE”, “FE” o “SI SE PUEDE”, adornan las tapas plásticas de cada vaso. Esos mensajes son aliento para esos que viajan en un bus hacia lo desconocido. Hay que vivirlo para entender...

Quizá hay quien diga que estas acciones no hacen diferencia. Yo pienso que sí, y mucha. Eso, es ser solidario, y ese es el tipo de venezolano que quiero ser siempre. No de los otros…

Me tomaré el atrevimiento de reproducir un fragmento de un relato: 

-... Leonardo Valero no olvida tres números clave en su travesía de Mérida a Quito: 500.000, 3.492 y 150. Este último corresponde a la cantidad de pancitos de queso y vasitos de té que una pareja repartió entre los casi 300 venezolanos que hacían cola en la frontera de la ciudad colombiana de Ipiales para sellar en su pasaporte la entrada a Ecuador. “Teníamos dos horas en cola cuando llegó un carro del que se bajó una pareja con sus dos hijos pequeños. Él era venezolano y ella ecuatoriana. Se nos acercaron a todos los venezolanos que estábamos en la cola para ofrecernos pan de queso y té de eucalipto. Traían 150 panes y 150 vasitos de té. Éramos cerca de 300 venezolanos y todos comimos pan y sobró té. Ellos no se explican cómo les alcanzó para todos”.
Vea este enlace para que comprenda un poco de lo que estamos hablando:
Podría dar mas ejemplos, como el de venezolanos que tienen farmacias y ofrecen enviar las medicinas por “caminos verdes” a quien necesite en Venezuela. O el ejemplo de los que se reúnen casi semanalmente para recibir y coordinar donaciones que se envían a diario a hospitales y ONG que operan aun en el país. Podría hablar de los miles de venezolanos que cada día levantan su voz y protestan por la libertad de Venezuela en todos los países para que el mundo sepa que existimos… podría dar MILES de ejemplos, y en todos y cada uno de esos miles de ejemplos encontraremos siempre algo en común: Los que están afuera haciendo todo esto, lo hacen DE CORAZÓN, porque nadie les paga, ni se benefician de eso mas allá de saber que están haciendo algo que ayuda. La mayor parte de esos venezolanos, no salen en la prensa, ni les sobra tiempo o el dinero para dedicarse a esto. TODOS, sin excepción, lo hacen porque les duele Venezuela.
Sorprende ver entonces a otros, de esos que hacen mercadillo de miseria en Venezuela, criticar a quien esta afuera y sacrifica tiempo, dinero y esfuerzo para ayudar… Sorprende ver a muchos que disfrutan queriendo ser “mas educados y mas de allá” cuando llegan a otro país porque les parece que los venezolanos son “de lo último” y ahora ellos son “refinados” (porque de esa fauna también hay en el mundo de Dios). 

Sorprende ver como algunos son incluso capaces de disfrutar apoyando la mala propaganda hacia sus compatriotas. A ese tipo de personas les digo que, justamente, si hay venezolanos que degradan nuestro gentilicio, son ustedes, que vienen acostumbrados al mercadillo de miseria y lo alimentan, porque los venezolanos decentes son como esos muchachos de la UCV, o aquellos en Ecuador, o los de los courriers, o los de las farmacias, o los que protestan frente a la ONU pidiendo ayuda, los que reclaman y denuncian aún y cuando ya sus vidas en otros países son otras y no necesitan estar en eso… ESOS SON LOS VENEZOLANOS DE VERDAD, y de ese tipo de venezolanos es que yo siempre querré ser.

Sorprende ver como “seudo críticos” del social network son capaces de verse la cara a diario en un espejo y sentirse moralmente superiores a otros porque son maestros en señalar y acusar, pero no hacen… Sorprende ver a muchos incluso PROMOVIENDO a los venezolanos de poca monta para ayudar a la mala fama y la xenofobia, como si eso los elevara a ellos en una suerte de status auto satisfactorio que solo existe en sus pobres cabezas... Esos son los que se quejan de todo, no aportan NADA a sus entornos, sino que al contrario, son una suerte de cáncer social, que reniegan de su propio origen para aplaudir a quien nos humilla, creyendo pobremente que asi ganan indulgencia de los que consideran “superiores”, que suelen ser, en base, cualquiera. Y es así como llegamos entonces de nuevo al comienzo de este escrito: “…Los venezolanos somos gente curiosa. Pero no hablo de esa curiosidad que nos lleva a querer saber el porqué de algo (¡que también!), sino curiosos en nuestro actuar…”

Queda claro entonces que hay dos tipos de venezolanos: los luchadores y dignos, solidarios y ejemplo de humanidad, y los otros, parasitos de la miseria y con un gentilicio que les queda grande.
Yo estoy muy orgulloso de ser venezolano (de los del lado bueno) y lo estaré SIEMPRE, porque cuando veo a esos otros compatriotas que hay por el mundo luchando de una u otra manera para ayudar, para hacer crecer, para ser gente, para hacer futuro, no puedo más que sentir el corazón henchido de orgullo. Eso hace que mi acento no se pierda nunca. SOY Y SERÉ SIEMPRE ORGULLOSAMENTE VENEZOLANO (de los del lado bueno!) . Feliz día.

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