jueves, 31 de octubre de 2013

DEL HALLOWEEN Y LA CRIOLLEZ



Hoy es Halloween. Hoy celebran en los EEUU lo que nosotros conocemos como “la noche de brujas”. Esta celebración se ha popularizado a nivel mundial (como casi todo lo que hacen los americanos del norte) gracias a las películas, juguetes y demás artilugios que para la ocasión se comercializan.

El gobierno Pseudo-izquierdista que hoy se exhibe en Venezuela de manera vulgar, ilegítima y por demás chusma en lenguaje y actuar, a la peor usanza de la máxima autoridad necrofílica a la que se debe, se ha dedicado a criticar esta celebración al punto de llegar a prohibir su celebración en planteles educativos o entes públicos.

No se me mal interprete. No critico el hecho de la no exaltación de esta celebración que el mismo gobierno necromántico ha tildado como “extranjera”, sino el doble discurso absurdo sobre el que amparan dicha tesis.

En primer lugar, considero que ante el escenario de crisis general que vive nuestra patria, centrar atención en hechos tan triviales como la celebración de Halloween es tan absurdo, ridículo y grosero para con nuestra gente como haber gastado millones de bolívares “conmemorando” mensualmente la muerte del que nos trajo hasta este desastre que vivimos en el que comprar un pollo es toda una aventura como si fuera un mártir. No puede tener moral para hablar de identidades un gobiernillo ilegítimo que prohíbe celebrar Halloween pero insta a todos a celebrar el cumpleaños de Fidel!

Por otra parte, un discurso de “patriotismo”, “nacionalidad”, “criollez”, no solo debe ser abierto, sino conocedor y entendedor de las realidades históricas y sociales de nuestros orígenes, pues de lo contrario se cae entonces en “imposiciones dictatoriales, personales”.

Este tipo de imposiciones dictatoriales con respecto a las costumbres del venezolano no son nuevas en nuestra tierra. Si algo tiene el venezolano es gusto por las cosas buenas, por la comodidad, pero hace apenas unos años nadie olvida aquel famoso discurso en el que se nos “invitaba a bañarnos con totuma” para ahorrar agua. Supuestamente el presidente se bañaba así, según sus propias palabras. Obviamente es difícil creer aquello.

Pero la cosa no para ahí. Recordemos al difunto años atrás “prohibiendo el uso de arbolitos de navidad en instituciones educativas y entes públicos” por que los consideraba fuera de la tradición venezolana y eso no era más que reflejo del “imperio” y su consumismo. El mandatario parecía desconocer que la tradición del árbol de navidad es Rusa, y para defender su tesis desubicada del tiempo y el espacio se apoyó en el hecho de que en su casa “nunca se puso arbolito”. En su lugar instó a que “obligatoriamente” se colocaran “pesebres”, por que eso era lo criollo, pues su abuelita los hacía muy bonitos.

Similar situación pasó con aquello de los impuestos a la importación de whisky y otros licores por que según aquel difunto presidente esas bebidas eran “extranjeras y burguesas”. Pero como a él le gustaba el RON entonces se dijo que esa si era la bebida criolla y el impuesto a la importación de este fue excesivamente bajo en comparación con los impuestos de otros licores. El impuesto para importar ron fue NULO si la importación venía de la “hermana patria Cuba”. Fue así como la definición de “criollo” se tradujo en “lo que le guste al presidente”, y no lo que por tradición se ha hecho por años.

Cabe destacar llegado este punto, que hablar de “tradicionalismos” ha dejado cada vez más a la luz pública la profunda ignorancia e intransigencia de nuestros políticos.

Si bien es cierto que Halloween no es una tradición Venezolana, tampoco lo es la navidad, o “natividad” como realmente debe decirse, puesto que esta es la celebración del nacimiento (de ahí lo de “natividad”) de Jesús, Mesías de los “Judíos de Israel”, como en la misma biblia se dice. La religión JudeoCristiana vino en los barcos de grandes alas que trajeron a los españoles que masacraron a nuestros aborígenes y a los que tanto repudian los politiqueros que hacen de gobernantes en nuestro país y que llevó a cambiar el “día de la raza” a “día de la resistencia indígena” como si con eso se hicieran más venezolanos que los demás.

Más curioso es, precisamente por esas ansias de ser más venezolanos que Venezuela, que nuestros gobierneros viajen orgullosamente a Roma a visitar al Papa y hagan alharaca cuando este los recibe y los “bendice”, cuando este es, justamente, el máximo representante de la institución que quemó en hogueras, ahorcó y esclavizó en nombre de la fe a los que si fueron los verdaderos venezolanos y de los que ya no quedan prácticamente ninguno. Y es que no podemos pensar que somos “criollos” cuando de nuestros padres para atrás nuestros ancestros son europeos y nuestros apellidos son españoles, italianos, portugueses, alemanes y paremos de contar.

Más ridículo se torna el discurso de la “criollez” cuando estos animales hablantes que nos mal gobiernan aseguran que “el pesebre” si es “Tradicional”. ¿Puede ser tradicional de nuestros ancestros recrear la escena del nacimiento de un Judío en la provincia de Belén hace 2013 años cuando apenas tenemos 500 años del “descubrimiento” del continente?. ¿Cómo es eso?.

Pero es que lo que parece obviar el gobiernillo fugaz, es que las costumbres y el arraigo de las mismas no dependen de geografías (y menos en una época globalizada como esta), sino en el “uso” de las mismas y la adaptación social que se le da a las mismas. Este fenómeno pasa con el “Habla” y la “Lengua”. Lengua es nuestro idioma, pero “habla” es como usamos el idioma, y entonces vemos fenómenos de significación cambiantes por el “uso”. En Venezuela un “pana” es un amigo, pero en México “pana” solo es una tela. El uso es lo que da significado a las cosas, y las tradiciones son tradición por su “uso costumbrista”. Hay millones de venezolanos que ponen árbol de navidad en su casa sin siquiera ser católicos, y lo hacen solo por que navidad es compartir con la familia, con los niños, comer dulces, hacer hallacas, “gozar un puyero” (otro fenómeno del uso, del habla), y no por razones de “inoculación consumista del imperio” ni nada por el estilo. Lo hacemos por que diciembre es época de fiesta.

Y si al caso vamos, sería más “criollo” el Halloween que la misma navidad, puesto que el primero es una celebración relativamente nueva típica norteamericana, mientras que la segunda es una conmemoración de hace mas de 2000 años Judío-Israelita. Los americanos al menos están en nuestro mismo continente y sus aborígenes tienen mas o menos el mismo tiempo de masacrados que los nuestros.

Un gobierno que no sabe siquiera de que está hablando, sino que se dedica día tras día a vociferar cual Polifemo ciego clamando venganza contra todo el que le opone resistencia o diciente sobre sus ideas (si es que se les pueden llamar así) no solo está condenado a la larga a fracasar, sino que atrasa cualquier avance que la humanidad global haya logrado al aislarnos de cualquier elemento que nos pueda enriquecer, culturalmente hablando. Negar otras culturas es equivalente a negarnos ver obras de Rembrant por que entonces nuestros pintores querrán pintar “hiperrealismo” y eso es algo “extranjero” y por lo tanto, condenarlos solo a pintar garabatos en las paredes, por que así lo hacían nuestros indígenas en otros tiempos. La cultura del mundo es de toda la humanidad y es completamente vinculante al avance de la misma.


Es ridículo hablar de criollez defendiendo un pesebre pero obviando completamente las verdaderas culturas perdidas de nuestra tierra. Si vamos a celebrar “criollamente” entonces debemos celebrar el nacimiento de Ches y Chía, la creación del mundo según los Kuicas o los Waraos, cantar canciones típicas Wayúu… pero eso no lo haremos nunca. Ni siquiera sabemos quienes son Chés y Chía!... pero estos “patriotas” si esperan que celebremos el cumpleaños de un triste intento de golpista que fracasó 2 veces, hizo que murieran cientos de soldados y civiles inocentes y al que ahora quieren prácticamente beatificar después de traernos a este desastre de país que hoy tenemos por “patria” y en el que no hay ni papel Toilette. Como dirían mis amigos del Chigüire Bipolar: NO ME JODAS!

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