LA CONSULTA POPULAR Y LA SEGUNDA INDEPENDENCIA

En Venezuela, si hay algo difícil de determinar, es lo que “pasará a continuación”.

La política venezolana, lejos de las realidades del resto del mundo, no se basa en filosofías, ideales o razones, sino en “pasiones”. Es con base a eso que se construye el día a día en el país caribeño. El gobierno, lejos de mostrar una gestión que apunte a la resolución de problemas del país o a planes de desarrollo, dedica cada día en todos los medios propagandísticos posibles, a largas jornadas de descalificación a la oposición de la forma más apasionada. Lejos están aquellos tiempos de políticas en las que el presidente se dirigía a la nación para hacerle saber importantes datos de gestión, o planes de gobierno. Hoy, el presidente hace cadena en todos los medios de comunicación, varias veces al día, para mostrar por ejemplo, un acto político en el que descalifica a los opositores, amenaza a los seguidores, y baila salsa con su esposa. No podemos decir que la oposición hace menos, pero no podemos dejar de lado que la oposición NO ES gobierno.

Venezuela, país famoso en el mundo por sus reinas de belleza, sus playas paradisíacas y sus paisajes de ensueño, encierra en sus entrañas tesoros incalculables. Venezuela es el país con las mayores reservas petroleras certificadas del mundo, sobrepasando en poco más de 30 millones de barriles a Arabia Saudita y en más del doble las reservas de Canadá. 

Adicionalmente, Venezuela es uno de los únicos 7 países del mundo con reservas naturales de Coltán, un preciado compuesto de Columbio y Tántalo (de ahí su nombre, que es resultado de una abreviatura de ambos nombres) que es utilizado en la fabricación de los más avanzados microchips actuales. Este mineral compuesto ha sido denominado el ORO NEGRO por lo valioso que es en el mundo. Las reservas venezolanas de este compuesto, oscilan los 100 mil millones de dólares. Pero no es solo eso. Venezuela cuenta entre sus tesoros las reservas de oro más grande de América Latina, y está situada en el puesto 16 en el ranking mundial, con la nada despreciable suma de 361 mil toneladas de reservas naturales  calculadas. Venezuela es el país número 11 en el ranking mundial de reservas de agua dulce (solo el 2,5% del agua del planeta es dulce). Sumemos a eso las reservas certificadas de gas natural, estimadas en unos 280 TRILLONES de pies cúbicos, y unos 11.800 millones de quilates de diamantes sólo en las minas del sur. Otras riquezas abundan, como tierras y campos fértiles, especies de flora y fauna autóctonas en gran cantidad, y sobre todo, la cordialidad de su gente, amable por naturaleza como no la hay en otra parte del mundo.

Al conocer estos datos, podemos hacernos entonces una idea de la incontable riqueza de un país que cuenta con sólo 30 millones de habitantes o menos, y en el que sólo los últimos 18 años, los ingresos petroleros han alcanzado límites históricos jamás alcanzados por otra nación. El ingreso per capita de los venezolanos debería ser extraordinario, pero la realidad, es que el sueldo de los venezolanos promedio, difícilmente supero los 80 centavos de dólar al día. Es esta la misma razón que nos hace sorprendernos cuando ante la inmensa riqueza del país, la realidad que hoy vemos es una Venezuela en la que la gente busca comida en los basureros, muere por falta de medicinas de la más básica naturaleza o enfrenta una escasez general tan aguda en absolutamente cualquier rubro, que no se encuentran ni productos de primera necesidad como el papel de baño, crema dental o simplemente PAN, entre otros. ¿Como se explica esto?. El gobierno de Chávez dilapidó el dinero, acabó con la producción interna del país por medio de la expropiación de empresas y otros métodos, y convirtió a Venezuela de 1998 cuando ganó las elecciones, con una capacidad productiva del casi 40% de lo que se consumía en el país, en la Venezuela de 2017, donde el 98% de lo que se consume en el país es importado y más del 70% de las empresas han cerrado.

Cuando Chávez tomó el poder del país en 1998, el precio del barril de petróleo era de 11 US$. Pero llegado el 2010, ya el precio alcanzaba los 84 US$, y entre 2011 y 2014, el precio estuvo entre 101 y 103 US$. Entre 1999 y 2014, Venezuela recibió sólo por concepto de ingresos petroleros, 960.589 millones de dólares. Un promedio de 56.500 millones de dólares al año, durante al menos 15 años, cifra que contrasta en mucho los 15.217 millones de dólares anuales que recibió Rafael Caldera durante su mandato entre 1993 y 1998 por el mismo concepto. Hoy, el gobierno culpa a los precios del petróleo de la crisis que atraviesa.

El gobierno actual de Venezuela, liderado hoy por Nicolás Maduro, sucesor del difunto militar golpista Hugo Chávez Frías, ha permanecido los últimos 18 años al frente de lo que ellos llaman “La Revolución”, que es como suelen llamar los mandatarios militares golpistas a sus gobiernos. Chávez enfermó de cáncer, y en 2012 murió. Sus tratamientos y cuidados no fueron en Venezuela, sino en Cuba, porque el sistema hospitalario y de salud en Venezuela esta tan deteriorado que los enfermos de los hospitales hoy terminan muriendo entre sábanas en el suelo de las salas de emergencia.

EL NEO COMUNISMO

El sistema Neo-Comunista que se ha tratado de implantar en Venezuela a lo largo de estos últimos 18 años, ha pasado por controlar de manera absoluta todos los poderes públicos durante al menos 15 años. Desde el año 1998, cuando Chávez tomó posesión, el gobierno ha cambiado la constitución, eliminó el Congreso de la República, gobernó 10 años con la Asamblea Nacional completamente bajo su absoluto control, ha recibido 5 veces el poder habilitante (un poder otorgado por la Asamblea Nacional para que el presidente pueda legislar directamente sin necesidad de pedir aprobaciones del parlamento o cualquier otro ente rector del poder legislativo), 3 años bajo decreto de emergencia económica y más de 27 planes de seguridad. Con todo este historial, Venezuela atraviesa la PEOR CRISIS de su historia, hoy. 

Venezuela cuenta con educación pública y gratuita desde 1872, gracias al presidente Antonio Guzmán Blanco, y el petróleo fue nacionalizado en 1976 por el presidente Carlos Andrés Pérez. Estos hechos, son negados por el actual gobierno, quien insiste en que esos son logros alcanzados en revolución. Entre la historia que se pretende hacer olvidar, se cuentan los hospitales, universidades, colegios, autopistas, museos, aeropuertos, etc que existen en el país, realizados por gobiernos anteriores y que ahora el gobierno pretende o adosarse a su gestión, o sencillamente negar su existencia de manera insólita.

Sin embargo, las realidades son fuertes, y existen datos que muestran como solo entre 2012 y 2015, se registraron más de 120.000 asesinatos, mientras que en el primer trimestre de 2017, la cifra registra un aumento de 70% en comparación con el mismo periodo 2016, lo cual nos sitúa en unos 45.000 asesinatos en solo 6 meses, es decir, unos 250 asesinatos mensuales, o 8.3 asesinatos diarios, cifra que sitúa al país como el segundo país más peligroso del mundo, con una terrible cifra de 91.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo cual es alarmante debido al índice poblacional de apenas 30 millones de habitantes, puesto que países como Brasil, con más de 300 millones de habitantes, con quien Venezuela comparte unos 2.200 km de frontera (unas 3.520 millas), y cuyos índices de homicidio alcanzan un 26,6 por cada 100 mil habitantes. La tasa de homicidios en Colombia, país fronterizo también, cuenta con un índice de 6.1 homicidios por cada 100 mil habitantes, y su población es de casi 50 millones de habitantes. Estas cifras, convierten a Venezuela en el país sin guerra más violento del mundo. Estas cifras son solamente de ASESINATOS. No estamos incluyendo los muertos diarios por falta de insumos médicos, por hambre, por infecciones en instalaciones hospitalarias, por partos, por inasistencia ambulatoria, por falta de tratamientos en enfermedades hipertensivas, cáncer, o HIV, etc.

PÉSIMA ADMINISTRACIÓN

La crisis venezolana se basa en una pésima administración de recursos. Tras 18 años de gobierno, el ejecutivo nacional ha dilapidado miles de millones de dólares en programas proselitistas sin resultado o impacto real en la economía durante años. Por dar un solo ejemplo, desde 2002 el gobierno venezolano puso en funcionamiento un sistema de financiamiento a movimientos cooperativos por medio de diferentes vías y organismos. Estos financiamientos, tenían como objetivo, incentivar la producción nacional de bienes y servicios. Pero el otorgamiento de dichos financiamientos se convirtió en un sistema de presión política con la que se controlaba a la población, por medio de lo que luego instauraron y llamaron “Consejos Comunales”, que no fue más que comités parroquiales de control político. Más de tres millones de “empresas cooperativas” recibieron financiamientos. Estos financiamientos nunca fueron ni supervisados, ni pagados por parte de los beneficiarios, mientras que las numerosas empresas que solicitaron y recibieron dichos financiamientos, no existían. Sin embargo, cooperativas de trayectoria, como Fe y Alegría, movimiento dedicado a la educación con más de 60 años funcionando en el país, 170 escuelas construidas y funcionando, 5 institutos universitarios, 24 emisoras de radio educativas, 2 sedes de formación e investigación profesional y 91 centros de capacitación, JAMÁS fue tomada en cuenta por el ejecutivo para aportar financiamiento. Esto es solo un ejemplo, entre MILES de los que podríamos citar en prácticamente cualquier ámbito. Otro drenado de capital, fue lo que el gobierno llamó “Misiones”. De eso, hablaremos en otra oportunidad.

Hoy día, y en tiempos de paz, Venezuela enfrenta una crisis general sólo comparable con la Alemania post guerra de 1945. Aunado a esta situación, la amenaza de un estallido social cada día crece más, lo cual ha desencadenado una ola de protestas de calle que ha cumplido hoy, 19 de Julio de 2017, más de 100 días continuos, dejando un lamentable saldo de 116 asesinados, más de 1600 heridos, 500 detenidos y al menos 360 presos políticos. A estos asesinatos, debemos sumar los 43 que dejaron las protestas de febrero de 2014, 800 heridos y al menos 200 presos políticos, entre los que destacan Leopoldo López, dirigente nacional del partido Voluntad Popular, y Antonio Ledezma, alcalde Metropolitano en funciones y electo con más de 700.000 votos populares. Se estima que en Venezuela se realizan DIARIAMENTE más de 3.000 protestas. Venezuela tienen hoy más de 450 presos políticos, 98% de impunidad en procesos judiciales, y al menos el 40% de la plana mayor de gobierno tiene nexos con narcotráfico.

LA PROTESTA

El motivo de las protestas HOY en Venezuela, no es solamente la precaria calidad de vida a la que los pobladores están sometidos, sino la ruptura grosera del orden democrático y constitucional que el gobierno pretende instaurar.

En diciembre de 2015, la oposición venezolana obtuvo la mayoría absoluta de los escaños del parlamento, con la cantidad de 113 diputados electos de un total de 167 que conforman la Asamblea Nacional (AN, o Parlamento). Este número, le permitía a la oposición tomar decisiones trascendentales en el destino del país, como el nombramiento de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, veto de ministros y vicepresidente y más. Sin embargo, ante la inminente victoria de la oposición en dichas elecciones, el gobierno, con mayoría de escaños en la asamblea nacional saliente, decidió nombrar UNILATERALMENTE a dichos magistrados antes de culminar su período, por lo que nombró a dichos magistrados de manera “Express” en solo 2 días, cuando el procedimiento constitucional requiere de al menos 3 meses.

Los nuevos magistrados (nombrados de manera inconstitucional) tomaron posesión del cargo y comenzaron de manera casi inmediata, a bloquear las tareas y poderes de la recién instalada Asamblea Nacional opositora, para lo cual, en primer lugar, emitieron un decreto en el que anulaba la elección de tres diputados electos por el estado Amazonas, con lo cual pretendieron anular la mayoría absoluta del parlamento. Acto seguido, declararon en “desacato” a la Asamblea Nacional (AN), lo cual es inédito en la historia del país, puesto que esa figura legal no existe en la constitución, ni es atribución de un tribunal anular el poder de un ente superior al mismo tribunal. (Para aclarar la idea: en Venezuela, la legislación reconoce sólo dos poderes representativos del poder ORIGINARIO, que es el pueblo. Estos 2 poderes son la presidencia de la república, y la Asamblea Nacional. Estos 2 son los únicos poderes que representan directamente al pueblo, puesto que solo ellos tienen la facultad de crear o eliminar otros poderes, como ministerios, fiscalías, etc. El Tribunal Supremo de Justicia es un poder DERIVADO de la Asamblea Nacional, por lo que en su atribución jerárquica no puede imponerse per sé sobre el poder que le dio origen y que es representación directa del poder originario en sí.)

El gobierno, desde entonces, ha utilizado al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para dictar más de 64 sentencias inconstitucionales EN CONTRA de la AN. Es así que el ejecutivo se ve hoy libre de la contraloría nacional por ejemplo. El TSJ ha logrado aprobar los estados de Excepción y Emergencia Económica decretados por el ejecutivo nacional de manera ilegal en 6 ocasiones seguidas, obviar la Ley de Presupuesto Nacional y permitir que el presidente no rinda cuentas y administre los recursos del estado a su completa discreción, o permitir al presidente dictar leyes en materia socio económica sin control de ente alguno. 

El 28 de Marzo de 2017, el TSJ rompió todos los moldes al publicar las sentencias número 155 y 156, en las que disolvió la AN, eliminó la inmunidad parlamentaria de la AN para apresar a los diputados e implementar un estado de excepción en el que el presidente Maduro podría adoptar CUALQUIER MEDIDA que considerara necesaria para evitar entrar en un “estado de conmoción”. En otras palabras, la sentencia 155 le dio a Maduro una ilegítima “habilitación legislativa” para legislar en cualquier materia penal, mientras que la 156 otorgaba a la Sala Constitucional del TSJ las competencias del Parlamento, basándose en una sentencia anterior que declaraba a la AN en desacato (el cual por cierto, sólo la misma sala tendría la capacidad de anular o no). En pocas palabras: “GOLPE DE ESTADO CONSTITUCIONAL”.

Ante esta situación, la oposición venezolana llamó a protestar contra el golpe de estado que se estaba dando. Las protestas duran hasta hoy.

La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, llamó la atención del gobierno, alertando que dichas sentencias representaban una ruptura del orden constitucional, lo cual resultó escandaloso a nivel de medios de comunicación mundial, y ante lo cual el gobierno llamó a reunión al Consejo Nacional de Defensa, que es una figura conformada por altos cargos del mismo gobierno, y tras reunión, decidió “revertir” parte de dichas sentencias con la intención de apaciguar el escándalo. Sin embargo, las partes revertidas de dichas sentencias fueron las inocuas, dejando vigentes las entrañas más peligrosas. El TSJ sigue sin reconocer la legalidad de la AN, y ahora además, desconocen la autoridad de la Fiscal General de la República, a la que ahora llaman “traidora” por defender las leyes y el estado de derecho. El TSJ ahora ha intentado abrir un juicio contra la Fiscal buscando destituirla del cargo.

LA CONSTITUYENTE

A pesar de estos problemas, el gobierno no ha buscado calmar la situación, y muy al contrario de la lógica, Maduro hizo un llamado a REFORMAR LA CONSTITUCION. Sí. Como lo oye. En medio de la crisis, de las protestas, los centenares de fallecidos en protestas de calle, el presidente, que enfrenta el descontento de un país que reclama elecciones (en 2016 el país solicitó un referéndum revocatorio, establecido en la constitución como derecho del pueblo soberano, pero el gobierno desconoció dicho derecho y no realizó los comicios después de haberse cumplido todos los requisitos por parte de la oposición para su activación. Adicionalmente, ha obviado las elecciones de gobernadores y alcaldes, cuyos periodos constitucionales llevan más de 7 meses vencidos) y con la peor crisis de la historia, el presidente pretende llevar a cabo un proceso constituyente de manera completamente ilegal.

Basándose en el artículo 347 y 348 de la constitución, que dictan que el presidente puede tener la iniciativa de convocar al poder originario para hacer una asamblea nacional constituyente, Maduro pretende establecer dicha asamblea directamente sin consultar al pueblo en una elección consultiva. Esto ha desatado una ola de protestas peores cada día, puesto que es un claro intento del ejecutivo por perpetuarse en el poder.

Tras el inmenso rechazo del pueblo y de la comunidad internacional a estas pretensiones de Maduro, el TSJ declaró que el presidente tiene la potestad y el derecho de convocar la constituyente, obviando que el verdadero depositario del poder originario que puede cambiar la constitución es el pueblo, y que este debe ser consultado mediante referéndum, tal y como lo establece la misma constitución. Ahora, Maduro se escuda ante un argumento obtuso. Dice que el próximo 30 de julio, se realizarán elecciones para elegir a los constituyentistas, es decir, a los que conformarán la Asamblea Nacional Constituyente y que cambiarán la constitución vigente por una nueva, y que esa es la elección del poder soberano. Eso, es un argumento falso, puesto que la constitución establece que el pueblo debe ser consultado sobre si desea o no hacer dicha Asamblea Constituyente. La elección de Maduro pretende directamente establecer una asamblea que nadie ha convocado. La elección de Maduro quiere directamente nombrar constituyentistas, y que estos a su vez gobiernen por encima de la constitución sin que NADIE haya sido consultado. De ahí la INCONSTITUCIONALIDAD del proceso completo y la ilegitimidad de dicha pretensión, que ha sido avalada por entes controlados por el gobierno de Maduro, como el Consejo Nacional Electoral, la Defensoría del Pueblo, y muchísimos más.

El gobierno ha dejado en claro sus intenciones al decir en numerosas ocasiones que al instalar dicha asamblea (inconstitucional), TODAS LAS DECISIONES que esa instancia tome, serán SUPRA CONSTITUCIONALES y ejecutadas de manera inmediata, incluso ANTES de que dichas decisiones sean votadas para su final aprobación por el pueblo en referéndum aprobatorio, es decir: DICTADURA INSTITUCIONALIZADA DE MANERA DIRECTA al mejor estilo de Cuba o Corea del Norte.

LA CONSULTA POPULAR

El pasado 16 de Julio, la oposición realizó una consulta popular en la que al menos 7.6 millones de venezolanos RECHAZARON la pretensión de Maduro de realizar la constituyente. El número es importante, si tomamos en cuenta que Maduro obtuvo la presidencia con menos votos que los obtenidos por el plebiscito. 

Ahora, la pregunta es: que pasará?. Es difícil decirlo. Es difícil ya plantear posibles escenarios en un país en el que el presidente cuenta con menos del 18% de aprobación popular y aun así sigue en el poder, las bandas criminales mandan desde el interior de las cárceles, un asesino convicto es el presidente del TSJ, y al menos 3 de los más grandes narcotraficantes del mundo son altísimos cargos en el gobierno. Sin embargo, y contra todo pronóstico, los espacios de apoyo al gobierno de Venezuela se hacen cada vez más pequeños, y la libertad que los venezolanos tanto buscan, parece estar cada vez más cerca. Nuevos aires de libertad se respiran en las calles, y lo que hace apenas unos meses era desesperación y ganas de irse del país, hoy se ha trasmutado en aires de esperanza y fuerza ante lo que se ve como la inminente caída de un régimen que en su búsqueda de perpetuidad, ha cavado su propia tumba y da los últimos respiros de una vida ya comatosa. Sólo es cuestión de tiempo. Muy pronto, como en una suerte de amanecer tras una larga y oscura noche, sabremos de la nueva libertad de Venezuela. Como va a pasar? Nadie lo sabe, porque Venezuela no es un país normal, sino un país extraordinario, como salido de un libro de cuentos, pero algo es seguro, y es que como en todos los cuentos, habrá un final feliz, y ese final, está cerca, muy cerca.