martes, 22 de junio de 2010

MANUAL PARA BOTAR A CUALQUIERA



Este es un tema sin duda que reluce en el tapete de la actualidad si tomamos en cuenta los nuevos cambios ocurridos en el sector público a raíz de los resultados electorales. Con esto no me refiero a que tal o cual tendencia es más o menos humanitaria a la hora de prescindir de los servicios ofrecidos por tal o cual trabajador, sino al hecho de que siempre en cambios administrativos tanto en el sector público como privado hay movidas de mata.

Cuando se cambia una administración, usualmente los empleados vemos a los nuevos jefes y sus respectivas comitivas como una suerte de jauría de hienas hambrientas ante nosotros, que no somos más que pobres cervatillos cachorros y heridos en el medio de la sabana africana, lo cual da génesis a frases tan repetidas en estos casos como: “Marico… ahora si… viste como la caraja esa me miró? Ya lo vi todo! A recoger los corotos!!!” seguido de los respectivos cotilleos de pasillo que aseguran que a fulanito no lo van a botar por que ya se cuadró con los nuevos jefes o que sutanito es tremendo jala bolas por que se metió en la oficina del jefe a echarle paja a todos y los comentarios de los empleados alborotadores que juran que harán una protesta o algo así para pedir reenganches y demás yerbas de monte que nunca pasan en verdad…

Pero hay que ponerse en el lugar del patrón nuevo al momento de verse en la diatriba de despedir a alguien. Imaginemos que no somos empleados en boca de lobo, sino por el contrario nos ponen de jefes de un departamento, y lo primero que te dice la nueva administración es que hay que sacar a la gente que estaba en la nomina vieja o con la vieja administración. Esta parte de la instalación de cada jefe es llamada de muchas maneras: saneamiento administrativo, reducción de personal, ajuste de recursos humanos, reestructuración de departamento, etc, aunque popularmente todos le llamamos “CVP”, o sea, “corte violento de patas”.

Ahora, notemos algo. Aquí muchas variantes definen el tipo de despido a ejecutar dependiendo de la situación. Existe el caso de que seas jefe del departamento en el que laborabas por que estabas cuadrado con los nuevos que están entrando (esta situación se ve casi siempre en las instituciones de fundamentación política) por lo que conoces a todos, sus deficiencias y virtudes, además de que son panas de años. La mejor manera y más práctica de darles el “CVP” , y más utilizada debido al éxito que aplicar dicha fórmula representa, es la siguiente:

1. te instalas en la oficina y sales a cada rato con cara de preocupación asegurándote que todos te vean.

2. buscas al más chismoso de la oficina y le llamas a tu oficina, acto seguido cierras la puerta.

3. le dices que te están presionando “los hijo e´ putas esos” para cortar cabezas pero que no sabes nada aún. Haz énfasis en “los hijo e´putas esos” cuando te refieres a la nueva administración y así quedarás como si estuvieras del lado de los panas. Por supuesto di todo con tono de preocupación y asegurando que tú los estás recomendando a todos.

4. Pídele consejo al chismoso y solicítale que por favor no le diga nada a los demás. En menos de 20 minutos toda la oficina estará esperando su respectivo llamado.

5. Llama a alguien que no conozcan en la oficina (puede ser un pana o un familiar que este de visita en tu casa) y haz que te lleve una carpeta de Manila full de papeles en blanco que hagan mucho bulto a tu oficina y que pase sin saludar a nadie y con cara de medio “busca peo”. La secretaria se encargará de hacerle saber a todos que “ahí como que llegó alguien de recursos humanos”.

6. Ahora enciérrate en la oficina con el primo a hablar paja de la novela una media hora para que crean que estás hablando con el de personal y pon a imprimir los respectivos oficios de despido.
7. Cuando se vaya el pana, llama a todos a una reunión en la que les vas a decir que por mucho que trataste de salvarlos a todos, los “coño e´su madres esos” andan en una cacería de brujas y tus esfuerzos fueron en vano y que incluso parece que a ti te viene también un “regreso al rancho”. Después llama a todos de a uno por uno a tu oficina y casi llorando dales su carta de despido.

Esta efectiva forma de botar a los panas es muy usada y apreciada, pues después de botarlos a todos, cuando se van salen diciendo que “pobrecito tu” que estas bajo esa presión y que ojala no te saquen a ti también.

Existe otro escenario: Nueva administración, nuevo jefe, y lo que es peor: NADIE CONOCE AL CARAJO!. Esta es una situación muy diferente a la anterior.

Normalmente este tipo de administraciones no tienen compasión con nadie, pero debido a que se deben regir por la norma más legal posible para evitar demandas masivas y cosas por el estilo suelen llegar de la manera más pacífica del mundo, pidiendo tranquilidad a todos “porque aquí no se viene a botar a nadie”.

Pues es precisamente en este tipo de administraciones en donde la sangre corre más rápido!. Todo comienza con la respectiva mini entrevista con cada uno para ver y “evaluar” las funciones que cada quien realiza. Aquí es donde el nuevo jefe averigua las funciones, el desempeño y la importancia de cada uno en el departamento… pero lo más importante de todo es saber “cuantos años tienen en la oficina”, por que de esto dependerá el arreglo!

Las respuestas de los trabajadores siempre son las mismas. Por ejemplo:

1. “bueno, yo no solo me encargo de las computadoras y su mantenimiento, sino que además soy el que se encarga del sistema de circulación y flujo de datos dentro del sistema de interconexión intertrasferible del sistema automatizado de recepción/envío de información de la oficina jefa”, lo cual traducido es: el que pasa el antivirus y manda emails a veces.

2. “Yo soy el encargado del manejo de la parte protocolar y manejo de personal y guías en los eventos tanto de orden oficial como extraoficial de las diferentes personalidades que se presenten, además de coordinar toda la logística que se mueve dentro del desarrollo del evento como tal”, lo cual es en verdad: el que lleva café y agua cuando la gente habla en un podium.

Es de notar un hecho muy común en estas entrevistas en las que todo trabajador intenta impresionar al nuevo jefe con una charla arrechísima que asegura que su puesto no solo es fundamental sino casi para superdotados: todos comienzan con la frase “yo soy el encargado de”, lo cual para el nuevo jefe significa: “a mí me pagan para que haga esto… eso no significa que lo hago” y asegura el despido más rápido.

Usualmente estos jefes, siempre sonrisa en la cara, al pasar los días tienden a ser más queridos que los anteriores. Cuando llegan a la oficina saludan a todos hasta con besos y abrazos. Siempre se ríen de los chistes que cuentan los trabajadores y hasta aseguran que tus sugerencias son muy buenas, lo cual te hace sentir más valorado que nunca. Prepárate que viene el guamazo!

Si tienes menos de un año en la oficina y aun eres contratado ni supiste del cambio de administración cuando ya estabas fuera.

Si eres fijo y tienes hasta 4 años, un día te llaman a la oficina y el nuevo jefe (al que ya nadie llama jefe, licenciado, doctor ni nada sino directamente por su nombre: “José!!! te llama carlos!!!”) te explica que debido al nuevo presupuesto y la resolución del jefe mayor a mejorar la efectividad y bla bla bla bla entonces quedas a la orden de personal para que te asignen a un nuevo departamento en donde tus funciones son más necesarias que aquí. Ahí pasarás los días cumpliendo horario en un taburetito en el pasillo por al menos 3 años hasta que te ladilles y renuncies tu mismo… esta es la mayoría de los casos.

Ahora, si de verdad te quieren botar a como de lugar, las excusas no faltan jamás:

- Y que es lo que usted hace aquí?
- Yo soy el analista de riesgos de la compañía
- Ahhhh… y usted analiza los riesgos entonces?
- Eeeee… pues si…
- Y si hay riesgos usted los analiza?
- Ese es mi trabajo precisamente…
- Que riesgos hay aquí ahorita?
- Aquí en donde?
- Como que donde??!!! PUES AQUÍ CHICO!!!
- Aquí en la oficina???
- CLAROOOOOO!!! DONDE MÄS???
- No pues aquí no hay riesgos de nada…
- Ah o sea, que a usted se le paga para nada?
- No… lo que pasa es que… yo analizo riesgos de
- Donde está su batimóvil?
- Mi que?
- EL BATIMOVIL CHICO! TU NO TIENES BATIMOVIL?
- Eeeehhhh… no yo no tengo bati… que es eso?
- AAAAAYYYYYYYY PAPAAAAA!!! NO TIENES BATIMOVIL??? Te veo mal!!!

Y acto seguido viene la cara arrugada y la firma de la carta de despido o de que te mudan a otro departamento como “obrero” o “mantenimiento”. En 2 semanas no queda nadie en la oficina y todos son personal nuevo que cuando los ves en un pasillo caminan como rarito… ya saben, como si fueran lo más arrecho que a pisado esta tierra… típico…

Ser jefe es un trabajo duro y difícil, pero peor es ser al que llaman a la oficina:

- y tú sabes volar como superman?
- Que? Disculpe… no entiendo la pregunta
- QUE SI TU SABES VOLAR
- Verga! Volar? No….
- Hágame el favor y no vuelva más a esta oficina.
- Pero es que nadie puede volar jefa!!
- YO NO SE! YO NECESITO A ALGUIEN QUE VUELE Y SI USTED NO VUELA SE VA!
- COÑO!!!! PERO ES QUE NADIE EN EL MUNDO VUELA!
- Pues el muchacho que viene en la tarde si vuela, así que haga el favor y váyase que sus servicios ya no son necesarios aquí. Gracias.

A la salida a uno le da una embolia de la arrechera que se amarra y queda en el sitio como una alfombra por la que al ratico pasa un muchachito de 19 años con pinta medio dudosa, hablando por un IPHONE con una amigo igual de andrógino al que le cuenta como tiene que arreglar todo el desastre que “el viejo ese mediocre dejó en la oficina” por lo que sabes que él es tu sustituto, lo cual te da otra embolia más… nadie se da cuenta que estás en el suelo como perro muerto de calle, y con tu último aliento miras “al mariquito ese” y te das cuenta de que “el coño e su madre” de verdad te paso por encima “volando”… pero que se le puede hacer… los cambios de administración son así.

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