¿COMO EXPLICAR “VENEZUELA”? 🤔
Recientemente me he dado cuenta de algo un poco alarmante. Hay mucha gente (dentro y fuera) que piensa que Venezuela se encuentra luchando contra una dictadura o un régimen por el que los venezolanos votaron. En cierta forma, se cree que los venezolanos solo estamos enfrentándonos a un gobierno de corte totalitario que gana elecciones y los que nos oponemos solo lo hacemos por ideología política diferente.
Venezuela suele explicarse con categorías simples: “es una dictadura”, o se dive que es un “gobierno autoritario”, que hay una pugna entre izquierda y derecha, o que vivimos un conflicto ideológico atravesado por “intereses geopolíticos y de recursos”.
Pero esa lectura está profundamente equivocada porque impide entender algo que es esencial: Venezuela no está gobernada, está secuestrada. Y no está secuestrada por un partido o una ideología, sino por una estructura criminal perfectamente estructurada y armada que se apoderó del Estado y lo convirtió en su herramienta de supervivencia.
Desde hace casi tres décadas, Venezuela ha sido gobernada por un grupo que efectivamente llegó al poder por elecciones, pero que apenas llegó, transformó al gobierno en la plataforma de poder sobre la cual estableció un cártel de narcotráfico que solo pudo imaginarse como el sueño húmedo mas salvaje de Pablo Escobar cuando planeó ser presidente de Colombia en los 80.
En Venezuela, esto si sucedió. ¿Cómo? Una sucesión de errores políticos llevó a un militar golpista a ganar las elecciones presidenciales. Este, luego usó el dinero y poder de su gobierno para convertirse en el capo del cártel narco terrorista más grande del mundo.
Las instituciones venezolanas dejaron de funcionar y se convirtieron en brazos del cártel. El sistema judicial se convirtió en el sistema de silenciamiento de quien señalara o denunciara a los narcos, el árbitro electoral se convirtió en la marioneta del capo para justificar resultados electorales y disfrazar así al cartel de partido político ante el escenario internacional. Los inmensos recirsos del país se destinaron entonces no al bienestar de los venezolanos, sino a comprar voluntades de paises e instituciones.
Las fuerzas armadas se transformaron en custodios de un poder que no responde a la ley sino a los capos. Con el tiempo, los venezolanos, una sociedad democrática y pacífica por excelencia, fuimos secuestrados por unos criminales que pagaban apoyos extranjeros con la Petro chequera del país con las reservas de petroleo mas grandes del planeta.
Así es como un supuesto gobierno se convirtió en una red de narcotráfico, contrabando de petróleo y minerales, lavado de dinero y alianzas con grupos terroristas internacionales. No es una metáfora: Existen investigaciones abiertas en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y pruebas de nexos entre Hezbollah, Hamas y Al Qaeda con el cártel de los soles venezolano que se hace llamar gobierno.
Hay quienes encuentran difícil de creer esto, y es que no es fácil de explicar sin dar explicaciones sobre como por casi tres décadas el cártel ha robado cientos de procesos electorales, infiltrado a la oposición, asesinado gente en las protestas, silenciado medios de comunicación, etc… pero hay algo que quizá les de una idea de la realidad: HOY, la población TOTAL de Venezuela asciende a maso menos 28 millones. De esos 28 millones, MAS DE 8 han huído del país. Eso representa CASI EL 30% de la población total del país en el exilio.
Este dato sitúa a Venezuela, estadísticamente, como la crisis migratoria mas grande DE LA HISTORIA del continente americano y una de las más grandes del MUNDO. Debo resaltar además que este exilio es el de un país que NO ESTÁ EN GUERRA, a diferencia de otras crisis como las de Afganistán o Ucrania.
Los venezolanos somos masacrados por un cartel terrorista que ha usado los recursos de uno de los países más ricos del mundo para enriquecer a sus capos y comprar apoyos extranjeros que funcionan en su beneficio. Eso es CLAVE.
Miles de veces políticos venezolanos han denunciado esta situación en el mundo, pero el cártel emitió miles de cheques a organizaciones y países que “daban fe” del talante democrático del cártel ante cada denuncia, y así se fue creando la imagen de que lo que sucedía eran solo “diferencias políticas internas” o “divisiones de la oposición”.
Por décadas, los venezolanos nos quedamos luchando solos y secuestrados en nuestro país. Presos de una red criminal que nos quitó hasta los pasaportes.
Aun así, el pueblo venezolano no se ha rindido nunca. Hemos intentado todo dentro de los márgenes posibles. Protestanos en las calles por años, aun sabiendo que podíamos terminar en prisión o muertos. Mas de 1200 presos políticos hay en las cárceles del cártel hoy. Mas de 200 asesinados en protestas por francotiradores. Miles de desaparecidos.
El pueblo votó cada vez que se lo permitieron, aun cuando el sistema estaba diseñado para hacerle perder. Atravesamos selvas y desiertos a pie, caminando MILES DE KILOMETROS, hasta llegar a otros países donde muchas veces hemos sido humillados y despreciados… y desde esas fronteras hostiles, seguimos levantando la voz, buscando que alguien escuchara nuestra verdad…
En 2023 ocurrió algo que los terroristas del cártel no esperaban: la oposición logró organizar unas primarias abiertas, con participación masiva, dentro y fuera del país. El cártel trató de impedirlas, pero el mundo empezó a mirar, y el cártel tuvo que mantener las formas. (Busque “acuerdo de Barbados”, “acuerdo de Oslo”, ambos incumplidos por el cártel).
María Corina Machado ganó de forma aplastante, con más del noventa por ciento de los votos y se convirtió en la candidata presidencial.
La respuesta del cártel fue inmediata y predecible: En enero de 2024, el narco régimen ratificó una inhabilitación política en contra de Machado y le prohibió ser candidata. El cártel usó una figura administrativa INEXISTENTE en la legislación venezolana para sacar del juego a Maria Corina Machado y a otros dirigentes políticos de oposición para ir a un proceso electoral que además de viciado pretendía ahora no tener oposición. En el colmo de la situación, los capos del narco incluso se atrevieron a proponer a algunos candidatos “aceptables” tras secuestrar también los partidos de oposición y entregarselos via Tribunal Supremo de Justicia a dirigentes adeptos al régimen.
Machado, lejos de abandonar la ruta electoral, buscó un reemplazo. Propuso a Corina Yoris, una académica sin historial político, alguien que podía representar continuidad sin ser ella. El Consejo Nacional Electoral simplemente bloqueó su inscripción. No la rechazó formalmente: la hizo imposible. ¿Cómo?Estableció procesos de inscripción de candidatura que jamás funcionaron en plazos absurdos… y así, el cártel buscó eliminar a la oposición democrática del país frente a los ojos del mundo, usando trampas administrativas… y nadie en el mundo dijo nada…
Con el calendario corriendo y la presión aumentando, la oposición se vio obligada a usar la única rendija que quedaba abierta: Edmundo González Urrutia, un diplomático retirado que fue el único candidato inscrito en el sistema electoral de manera independiente y al que nadie había nombrado jamás fue entonces nombrado como el candidato detrás de Maria Corina Machado. González no era el liderazgo real del movimiento, sino un vehículo legal. El respaldo popular seguía siendo el mismo, y la gente lo entendió perfectamente, y así, Edmundo aceptó la responsabilidad y el riesgo de poner su vida en riesgo por un país entero que clamaba libertad.
El 28 de julio de 2024, millones de venezolanos votaron. Las actas de totalización de votos comenzaron a circular en redes sociales, los conteos paralelos coincidían, los observadores independientes confirmaban la tendencia: La victoria opositora fue clara y contundente, cercana al setenta por ciento de votos a favor de Edmundo Gonzalez… y entonces ocurrió lo que define por completo la naturaleza del cártel: el Consejo Nacional Electoral eliminó resultados, alegó un supuesto hackeo al sistema y simplemente declaró ganador a Nicolás Maduro, el capo. Hasta hoy, las actas oficiales nunca han sido mostradas.
A horas de las votaciones, el cártel comenzó una escalada sin parangón en lo que mejor sabe hacer: persecución, amenazas, detenciones, desapariciones y exilio forzado.
María Corina Machado tuvo que pasar a la clandestinidad. Su equipo fue sitiado y hostigado por meses en la embajada Argentina. Edmundo González tuvo que protegerse en la embajada de España hasta que semanas después tuvo que dejar el país escoltado por diplomaticos para cuidar su vida y su familia fue asediada y encarcelada… todo esto pasó no por haber llamado a la violencia, sino por haber ganado la elección.
Ese es el punto donde toda discusión sobre “gobierno legítimo”, “soberanía” o “antiimperialismo” se derrumba. Un poder que gana elecciones no se comporta así. Un gobierno cumple la ley. Un gobierno no necesita borrar actas ni callar resultados. Un cártel en cambio, no responde a leyes.
Por eso, cuando se consume contenido que presenta al régimen venezolano como un “proyecto político asediado por potencias externas” y omite los presos políticos, los salarios de centavos de dólar, la represión armada y el éxodo masivo, no se está frente a una versión alternativa de los hechos, sino frente a propaganda pagada por el mismo cártel y sus aliados. Se está ante la misma propaganda que durante décadas presentó a Cuba como una “revolución digna” cuando la realidad es que la gente muere en cárceles del régimen, de hambre y escapa en balsas.
Ningún venezolano pide una invasión militar. Nadie pide guerra. Lo que se pide es algo más básico, pero mucho más difícil: que se entienda que esto no es un conflicto político. No es pueblo contra gobierno. Es un pueblo desarmado frente a una organización narco criminal que controla el territorio, las armas, las instituciones y no le tiembla el pulso para masacrar a quien sea, como lo han hecho con Oscar Perez, Franklin Britto, Caguaripano, Linda Loaiza, la jueza Afiuni y MILES de venezolanos mas. (Busque en internet los videos).
Cuando protestar te mata, votar no cambia nada y hablar te encarcela y te desaparece. Hay quienes piensan que los venezolanos sufrimos síndrome de Estocolmo y que simplemente no nos gusta el gobierno por el que ha votado una mayoría, pero la verdad es que no hay tal síndrome de Estocolmo: Hay un secuestro. Nadie votó por estos criminales. En Venzuela no hay “socialismo”, sino NARCOTERRORISMO en el poder. No se puede hablar de un gobierno ni de política porque no hay políticos en el gobierno: hay capos y lugartenientes.
El cártel de los soles (llamado así por los soles en los uniformes de los altos mandos militares que lo conforman) financia y recibe apoyo de grupos como Hezbollah y Hamas, es asesorado por rusos, cubanos y chinos que son especialistas en represión, en manipulación de medios internacionales y en mantener dictaduras por décadas y es dirigido por mandos de varios países como Cuba y Rusia.
El cártel soborna gobiernos que votan a su favor en instancias como la ONU, donde nunca se alcanzan los votos suficientes para sancionarlo. Ha infiltrado con su corrupción instituciones como la CPI, donde el fiscal Karin Khan practicamente detuvo la investigacion por crímenes de lesa humanidad en Venezuela por casi diez años y la abogada “defensora” de Maduro en el caso era, casualmente, su cuñada. Incluso ha infiltrado al congreso de EEUU, donde una lista larga de congresitas han recibido cheques por jugosos donativos de campaña desde Caracas. Algunos de estos congresistas hoy aseguran que las acciones de EEUU contra Venezuela son injustificadas.
Los venezolanos no tenemos recursos desde hace tiempo. Nuestros recursos se los ha llevado China, Irán, Cuba, Rusia y decenas de aliados del cártel desde hace décadas como pago por su apoyo a los capos que los finacian. Mientras a los narcos de Caracas les confiscan millones de dolares en el exterior, decenas de aviones y propiedades de lujo, los venezolanos apenas pueden reunir para comer o vestirse en un país en el que los “enchufados” al cártel andan por las calles en Ferraris y en fiestas que un jeque envidiaría.
Venezuela no está polarizada. Está tomada, y hasta que el mundo no entienda esa diferencia seguirá mirando el problema desde un lugar equivocado mientras millones de personas pagamos el precio real. Venezuela esta SECUESTRADA.
Jose Calabres






