viernes, 26 de diciembre de 2025

CARTEL TERRORISTA

 

Estados Unidos designó hoy al “Cartel de los Soles” como organización terrorista. Para algunos esto parece una novedad. No lo es. El Cartel de los Soles existe desde hace más de dos décadas, y su existencia no es una leyenda urbana ni una exageración periodística. Es un entramado criminal que se formó dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas y que desde la llegada de Chavez al poder a finales de los noventa, se hizo infinitamente poderoso. 

Este cartel no se infiltró en las instituciones del Estado veezolano, sino que hoy SON el Estado venezolano y gozan del amparo pleno del régimen de Nicolás Maduro, su cabecilla nombrado heredero por el capo fallecido, Hugo Chavez. 

Pero aunque este paso pareciera abrir un nuevo camino de opciones que podrían resumirse en la salida del Cartel del poder en Venezuela, la verdad es que hay que ver las cosas un poco desde la realidad mas que desde lo que queremos que pase. Cteo que así podemos estar mas claros y saber un poco mejor que esperar de esto y evitar un nuevo despecho.

Aunque Washington ahora hable con contundencia frente a las cámaras, no hay que caer en el error de vestir a Estados Unidos con el traje de libertador hemisférico. Estados Unidos no es el salvador de la libertad, ni ha actuado nunca desde esa pureza moral que muchos quieren atribuirle hoy. De hecho, hoy, menos que nunca, podemos pintar a gobierno estadounidense como un gobierno humano y empático con los latinos que busca lo mejor para nosotros. El que piense eso, está destinado a estrellarse con un muro de realidad que no le va a sentar bien.

Para entender lo que está pasando, hay que recordar algo esencial: Trump ya tuvo un primer período presidencial y durante esos cuatro años el madurismo no solo sobrevivió, también se fortaleció. A pesar de la retórica grandilocuente y de sus declaraciones frente a las cámaras, Trump dejó al Cartel de los Soles operar sin mayores impedimentos durante 4 años para luego ceder 4 años de peor acción a su predecesor Biden. Ninguno ni desmontó la red criminal ni debilitó el poder real del régimen. Por el contrario, durante esos años fueron consolidándose muchas más estructuras que hoy forman parte del músculo que mantiene a Maduro en el poder.

Ahora, en su segundo mandato, Trump intenta vender la idea de que el régimen de Maduro es responsable de casi todos los males del continente. Y aunque buena parte de lo que denuncia es cierto, también es cierto que este señalamiento llega después de haber permitido que esa misma red criminal se expandiera durante su propio primer gobierno. Incluso hoy sabemos que el regimen de Maduro financió parte de la campaña de Trump con donaciones millonarias hechas a traves de terceros y de compañias como CITGO, que “donó” 500 mil dolares para la cena inaugural de Trump en 2017 (entre otras cositas por ahí). 

Hoy se exhibe un despliegue militar impresionante en el Caribe, con portaaviones, marines y ejercicios conjuntos con Trinidad y Tobago. Sin embargo, en términos concretos, la única acción militar real ha sido el bombardeo de pequeños peñeros. Un gesto intimidante, ciertamente, pero un golpe estratégico decisivo, pues no.

No se me mal entienda. No busco borrar esperanzas en nadie, pero tampoco hay que estar en las nubes con esperanzas basadas en películas que no son reales. Las cosas serias como deben tratarse. 

Repito, como siempre, el punto esencial que no se debe maquillar: Venezuela vive una usurpación de poder. 

El país eligió a Edmundo González Urrutia y ese resultado fue arrebatado. Pero de la mano de Trump no existe un plan concreto, verificable y realista que conduzca a una transición política. Lo que hay es un cerco, una presión, un lenguaje duro y un movimiento militar significativo. Pero nada de eso constituye por sí mismo una estrategia diseñada para producir un cambio de poder en Venezuela. Sembrar esperanzas de una inminente liberación nacional sobre la base de este despliegue es ciertamente irresponsable. Veamos el ejemplo de la guerra entre Rusia y Ucrania, en la que Trump ha planteado un plan de paz que es de lo mas absurdo que se ha visto desde la segunda guerra mundial. No parece que Trump tenga una vision clara de lo que se debe hacer mas allá de jugar a influencer y amenazar a todos frente a las cámaras.

El ruido militar en el Caribe no significa necesariamente una intervención. Estados Unidos se reserva opciones y marca territorio político en un hemisferio donde las estructuras criminales vinculadas al régimen venezolano tienen presencia comprobada. El madurismo ya no es visto únicamente como un régimen autoritario, sino como un actor criminal con impacto regional. Pero nada de esto implica que Washington esté dispuesto a asumir un costo político, militar o diplomático suficientemente alto como para garantizar la salida de Maduro. No hoy. Al menos eso parece. Ojalá me equivoque.

Lo que si es cierto es que el régimen venezolano llegó a este punto porque destruyó las vías institucionales y bloqueó cualquier salida democrática. Pero también llegó porque la comunidad internacional, incluida Estados Unidos, se ha limitado durante años a declarar, sancionar, presionar y retroceder en cartas y declaraciones pero nada más. Incluso hoy aún vemos algunos gobiernos que defienden la absurda tesis de un nuevo “dialogo” para salir de Maduro. Petro, se ha atrevido a ir un paso mas allá y plantea un “gobierno transitorio con ambas partes”, lo cual no terminamos de entender pero que supone que Maduro siga en poder mientras la “otra parte” (que no sabemos si es MCM o alguna otra faccion del madurismo) se doblega a sus designios. Un plan que sobrepasa en ridiculez cualquier episodio de una telenovela de la mas baja calidad.

Por eso es necesario mas que nunca leer esta coyuntura sin fantasías: El Cartel de los Soles existe. La amenaza es real. La conexión entre el régimen y la criminalidad transnacional es innegable. La presencia militar estadounidense en el Caribe también lo es. Pero mientras no haya una estrategia definida que apunte directamente a forzar la salida del madurismo, Venezuela seguirá atrapada en un equilibrio perverso donde el régimen usa el poder para perpetuarse y Estados Unidos usa el régimen como argumento para justificar ineficiencia y tener siempre a quien culpar de algo y así desviar la atención de los muchos escándalos que enfrenta a diario.

La historia que se está escribiendo hoy no es la del rescate de un país, sino la de un conflicto geopolítico donde Venezuela es solo un escenario y no un protagonista. Por eso, aunque muchos quieran poner sus esperanzas en el movimiento de las olas sobre los portaaviones, la verdad sigue siendo la misma: Maduro y su narco cúpula siguen en el poder y su influencia en el escenario internacional es inmensa. 

Hasta que no exista un plan claro por parte de los que pueden en verdad sacar a Maduro del poder, nada de lo que sucede en el Caribe será más que advertencia y ruido, y el ruido, por sí solo, no cambia gobiernos.

Entonces, ¿está todo perdido?. No. Existe la posibilidad de que efectivamente EEUU tome acciones que conlleven a la deposición de Maduro, pero ese escenario está por verse y nadie sabe cuando o como podría desarrollarse. ¿Existe la posibilidad de una revuelta militar interna que derroque al dictador?. Bueno, esa posibilidad existe, pero es infinitesimalmente improbable, puesto que las FAN no cuentan ya casi con militares activos mas allá de nombramientos y el parque de armas está bajo control de cubanos y aliados del Cartel. Pero nunca se sabe… en dias próximos les escribiré al respecto. 


Jose Calabres

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