domingo, 8 de diciembre de 2024

CARTA AL NIÑO JESUS (Reloaded)



Querido niño Jesús. Soy yo, otra vez. Espero me recuerdes todavía. Hace un tiempo que no te escribía. He estado muy ocupado trabajando y sobreviviendo. Tu sabes de esto más que yo… tú y tu familia también tuvieron que salir de su pueblo para evitar que los mataran… quien diría que mas de dos mil años después, tú y tantos millones de personas en el mundo seguiríamos huyendo de nuestras casas para que no nos mataran…

Pero no te escribo para pedirte nada ni para quejarme. Te escribo, al contrario, para agradecerte.

Hace años que vivo con mi familia en otro país. Confieso que no ha sido fácil. Comenzar de nuevo nunca es fácil, pero me dio la oportunidad de aprender nuevas cosas y crecer mucho. Gracias a eso, he podido ayudar a quienes quedaron atrás en mi país. He podido ayudar a mi familia y brindarle un futuro a mi hija, a mi gente, y a mi mismo.

A veces siento que se me ahoga la voz cuando hablo de mi gente. De mi país. No puedo evitarlo. Veo noticias. Escucho notas de voz. Encuentro videos e historias de mi pueblo que me arrugan el alma… y entonces me doy cuenta que esa tristeza que no se me quita, es la tristeza de todos. Por miles de años, la humanidad de una u otra manera ha tenido que dejar atrás todo muchas veces. No debe haber sido fácil para tus papás, querido niño, tener que dejar su hogar en medio de la noche… No lo fue para mis abuelos, que vinieron de Europa a un país que ni sabían que existía… no lo ha sido para MILLONES de desplazados por guerras, por terrorismo, por dictaduras… y todos hemos tenido que seguir viviendo y aprender que hay un precio a pagar por la libertad y la vida.

Mi país sigue secuestrado por unos narcos asesinos. Niño, no les traigas regalos a ellos, ni a los suyos. Son gente mala. Pero trae un abrazo cálido y lleno de amor y esperanza a los MILLONES de desplazados de todos los países del mundo que al igual que los casi 8 millones de venezolanos han tenido que dejar sus hogares para poder sobrevivir. Llévales esperanza, o mejor dicho, CERTEZA, de que ha valido la pena, y que nuestro hogar no es una casa, sino el mundo, y que a pesar de todo, estamos vivos, y que con esa vida, podemos seguir ayudando, amando y luchando. Déjales saber que cada día que pasa, nos acerca más a las metas y al futuro digno que todos merecemos. No los dejes olvidar por qué luchan…

Veo cada día a MILES de venezolanos luchando por avanzar y vencer las mas grandes adversidades. Los he visto caminar MILES de kilometros bajo el sol y el frio para escapar de gente muy malvada, como lo hicieron tus padres, querido niño… Los veo trabajar, y con el tiempo, ir levantándose. Los veo reír incluso en los momentos mas angustiantes. Los veo abrazarse, ayudarse. Que puedo sentir que no sea orgullo de venir de esa estirpe querido niño? Que puede uno sentir que no sea agradecimiento al entender que lo mas importante no es empezar mil veces de cero, sino sentir el abrazo de quienes amamos cerca? Saber que hay quienes luchan por nosotros incluso cuando falta el aliento y la fuerza para seguir? Que puede uno sentir que no sea alegría al saber que la lucha de cada día se convierte en la historia que un día contarán con orgullo nuestros hijos? Es de valientes seguir luchando, y mi gente, niño Jesús, es la más.

Lo que empezó hace años como una desgracia que hizo que mas del 25% de mi país tuviese que emigrar, también nos ha dado la oportunidad de demostrar que somos un país lleno de gente buena, capaz, talentosa, trabajadora y alegre. Tal vez el mundo necesitaba un poco de nosotros. Quizá nosotros también necesitábamos mucho del mundo de afuera para poder apreciar lo que teníamos y que perdimos por no valorar. A veces hace falta eso para aprender. Con suerte, lograremos recuperar un poquito de esa libertad y dignidad que nos arrebataron por no saber apreciarla pronto. Si nos quieres regalar algo niño Jesús, ese sería un regalo maravilloso!

Se que no hemos hecho del mundo lo que esperabas de nosotros, niño Jesús. Tenemos mucho que aprender aún. Pero estamos en eso!. La generación que viene detrás de mí es maravillosa. Ellos lo harán mucho mejor. Te pido disculpas por mis desaciertos y las equivocaciones que he cometido y que han podido causar daño de cualquier manera. No ha sido mi intención nunca dañar a nadie, y te juro que trabajo cada día en apreciar más lo que nos das y en tratar de hacer el mundo un poco mejor.

Para despedirme, Divino niño, quiero desearte un feliz cumpleaños una vez más. Ayúdame a encontrar siempre a la gente buena que inspira y no solo a ver a los malos que entristecen el alma… que tu gracia caiga sobre todos los que te necesitamos y que esta navidad todos puedan encontrar el amor y el abrazo de sus seres queridos, escribir una pagina nueva en las memorias hermosas que serán recordadas en el futuro, y las memorias hermosas junto a quienes ya no están. Gracias querido niño…

Tu amigo. Jose Calabres.

La canción de Maia

La Canción de Maia En un rincón escondido del mundo, donde el viento susurra secretos entre los árboles y el río canta historias antiguas, v...