martes, 23 de abril de 2013

¿Y SI EL GOBIERNO NO PERMITE LA AUDITORÍA?




Ante todo, estimado lector, comenzaré por decir (en aras de promover ante todo el pensamiento democrático y legal) que no debemos “prejuzgar” que el gobierno de negativa respuesta al proceso de auditoria. “Y ahora, (dirá ud.) Calabrés como que es un infiltrado pro castrista”. NO.

Supongamos por un momento. Hablemos, como dicen los más letrados y ortodoxos usuarios de las buenas costumbres, en sentido figurado: FIGUREMOS que estamos ante un gobierno corrupto y completamente ciego ante las leyes y estatutos que puedan aparecer en la constitución o cualquier texto de guía moral o legislativa, y que está apoyado por un sector de la población que siente que está en deuda con ese gobierno, y este último para mantener sumiso precisamente a ese sector no para de bombardearlo con mensajes de cobro moral subliminal en vallas, comerciales, panfletos, reuniones etc. FIGUREMOS también que ante un fraude a todas luces obvio para Venezuela y el mundo ese gobierno se siente acorralado frente a la clara posibilidad de verse inevitablemente descubierto. Repito: FIGUREMOS.

Es importante, antes de llegar al punto en el que ese gobierno déspota y abiertamente dictatorial (figurativamente por supuesto… es solo un “ejemplo”) se declara en posición defensiva, comprender el proceso que lo lleva a ese punto.

Volvamos entonces atrás un poco en el tiempo moderno de lo que conocemos como “Socialismo del siglo XXI” o dedocracia.

Venezuela vivió hace apenas unos meses, un proceso de elecciones presidenciales ante dos candidatos: H. Chávez y H. Capriles. Desde esa fecha ya la población venezolana se sentía estafada ante un resultado que daba por vencedor al candidato presidente y paciente terminal de cáncer sobre un flaco sano que movió masas impresionantes de gente que acudía a sus discursos en toda la geografía nacional. Aquel resultado se convirtió en una suerte de mecha en la conciencia del pueblo opositor ante un CNE que comenzó a verse turbio. La mecha comenzó a prenderse. Pero los ánimos se cayeron por completo cuando esa misma noche, el candidato H. Capriles aceptó sin chistar aquellos números, y como la oposición venía ya golpeada desde hace años por el flagelo de la derrota y la humillación pública por parte de aquellos rojos que no perdían oportunidad para restregarnos sus victorias, pues la costumbre nos hizo aceptar aquella derrota como “una más”, aunque ahora con un saborcito amargo como de “fraude”, que aunque no abiertamente declarado, supuesto.

Para sorpresa de todos, pocos meses después la providencia nos trajo a un nuevo proceso electoral con el mismo candidato opositor, pero ahora contra un candidato heredero (de boca) del difunto presidente, que aunque cubierto con la bendición del difunto, desde lejos no llegaba ni al tobillo de su predecesor. El puesto le quedó grande.

H. Capriles se vio ante una situación INÉDITA en la historia democrática del país. Fue candidato presidencial en 2 oportunidades consecutivas en menos de 6 meses!. Pero el compromiso asumido por Capriles ahora tenía un nuevo matiz. Nadie, absolutamente nadie en los sectores de oposición quería competir de nuevo en las mismas condiciones que el pasado 7 de octubre. El abuso del gobierno se vio marcada en un 400% más para las elecciones de abril que en las de octubre,  la campaña oficial se basó en repetir que el candidato oficial era “hijo” del difunto o “heredero” del presidente fallecido y en descalificar al candidato Capriles con insultos e improperios no solo fuera de lugar y sin fundamento, sino que remarcaban la ineptitud del candidato oficial y de los que le acompañaban.

Este nuevo juego fue mucho más organizado. La oposición cuidó sus votos, tuvo testigos, y asumió postura fuerte y convincente ante lo que desde temprano se veía venir de la mano del fraude más espectacular de la historia de Latinoamérica en los últimos 100 años. Hasta la muerte del presidente se manejó de manera siempre críptica y misteriosa con la intención de presentar a un precandidato a la altura del predecesor, aunque eso nunca sucedió.

El 14 de abril, el candidato Capriles, a diferencia del 7 de Octubre, habló con la voz de casi 8 millones de venezolanos que dijeron “estamos ante unos resultados electorales turbios”, y de manera responsable y amparado en la ley y la constitución pidió, como debe ser el derecho no solo de él como candidato, sino de TODOS LOS VENEZOLANOS QUE VOTAMOS POR ÉL, una auditoría al sistema, por que los números “no cuadraban”.

El proceso de auditoría está claro. CONTEO DE VOTOS Y COMPARACIÓN CON ACTAS Y CUADERNO DE VOTACION. Si lo hablamos sinceramente, la auditoría es tan sencilla y básica que hasta niños de primaria podrían hacerla sin problema alguno.

Entonces, preguntará usted: ¿cuál es el drama de la auditoría?. En primer lugar, hay que recalcar que las comunicaciones que emiten de manera aleatoria y extraña las rectoras del CNE parecieran querer confundir al pueblo opositor que exige su auditoría y afianzar la idea en el pueblo oficialista de que la auditoría es algo “innecesario “ o ridículo, puesto que eso no cambiará los resultados electorales. Pues déjenme aclararles algo: ESO ES VERDAD. Pero no por motivos como ellos (CNE) tratan de hacer ver, sino por que el CNE es un órgano que solo se encarga del proceso electoral como tal, no de proclamar o no a presidentes o funcionarios. Esa tarea le corresponde por ley al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). CNE no es más que un simple “cuenta papelitos” si al caso vamos y le damos el trato a los sufragios que ellos mismos le dan.

Recordemos también que esta situación es INÉDITA en nuestro país. Por primera vez en la historia moderna, alguien pide auditoría ante un resultado electoral que separa la victoria entre los candidatos por un número de sufragios apenas superior a 1% y que aún hoy, una semana después, no se conocen del todo, puesto que los votos del exterior y a quien favorecen a esta hora no han sido publicados.

Ante esta diatriba, la solicitud de una auditoría es lo más lógico. El problema comienza, cuando el gobierno, de manera “irregular y desacostumbrada” se apresura a desconocer la solicitud de una auditoría que aún no se realiza, argumentando que tienen una victoria transparente y contundente. Más curioso es que se nieguen a hacer auditoría por primera vez al sistema electoral “más avanzado del mundo” como ellos mismos pregonan y del que se vanaglorian al afirmar en su site web que es 100% auditable. Esa actuación es la que precisamente levanta suspicacia en el elector, que después de ver como el gobierno violó de manera pornográfica todas las leyes electorales el día de las elecciones y los días posteriores, se presenta ahora con un discurso “bipolar” en el que llama “a todos los fascistas apátridas y traidores, a la paz y al respeto” mientras viola leyes laborales y comienza persecuciones políticas al mejor estilo Gestapo.

Ahora si, al grano: ¿Que pasará ahora que el gobierno, ante la mirada expectante del mundo y la UNASUR (de visita hace apenas unos días) aceptó la famosa auditoría pero ahora pone trabas insólitas para no realizar la misma?.

Comprendamos algo. Un proceso de auditoría tiene una forma de trabajar, y su resultado será inequívoco. De eso ya he escrito algo. Los invito a leerlo en el siguiente link:


En ese artículo aclaro un poco al lector lo que es la auditoría y sus posibles consecuencias “legales”. Como dije al principio, pensamos que los procesos legales “se cumplirán”, por lo que la auditoría debe  comenzar sin novedades y sus consecuencias se llevarán a cabo sin novedad, por que el gobierno es el primer garante de que la ley se cumpla.

Pero, ¿que puede pasar cuando eso no sucede?. Retomemos el comienzo de este artículo: FIGUREMOS: La única manera que puede tener el gobierno para NO realizar la auditoría, pero permaneciendo dentro de los márgenes de la legalidad, es que dicha auditoría se deba suspender por algún motivo de fuerza mayor. Pero a pesar de la tensión que se vive en Venezuela en estos momentos dicho motivo de fuerza mayor no se ha presentado.

SUPONGAMOS entonces que el gobierno (el que estamos figurando) decide que para evitar dicha auditoría (que pondría en evidencia un fraude electoral y mostraría al mundo que se encuentra en el poder de manera ilegítima y que el proceso electoral puede estar empañado por manipulaciones oscuras desde hace años) necesita “propiciar” que el motivo de fuerza mayor se dé, y que se dé de manera RÁPIDA. ¿Cuál puede ser ese motivo de fuerza mayor que puede congelar cualquier proceso?.

El lector suspicaz debe tener la respuesta ya, y debe haber notado en el día a día los síntomas de este “facilitar” por parte del que está en Miraflores.

La ley dicta que una impugnación a cualquier resultado electoral debe hacerse en un lapso dentro de los primeros 15 días hábiles desde el momento de la proclamación. En esto se basan las rectoras para recalcar día tras día en los medios estadales que la oposición “no ha presentado impugnación”. Muchos se preguntan por que Capriles no lo ha hecho a estas alturas. La respuesta es la siguiente (y aunque sospecho que ya lo dije en mi articulo pasado, creo que vale la pena recalcarlo en este): Para poder impugnar, la ley pide que se haga apoyada con pruebas de inconsistencia que apoyen la solicitud. Presentar solicitud de impugnación SIN pruebas resultaría en una negativa por parte del TSJ a tal solicitud, y a su vez IMPOSIBILITA una nueva solicitud por el mismo motivo (usted no puede pagar cárcel 2 veces por el mismo crimen. Si presenta solicitud sin prueba y la rechazan ya no podrá meter la misma solicitud nuevamente, puesto que por ese caso en particular “ya hay decisión”). Este es el motivo de no solicitar aún impugnación hasta no tener las pruebas de la inconsistencia del sistema. ¿Cómo demostrar entonces que el sistema electoral “falló”? Adivinen: UNA AUDITORÍA. Si el Comando Simón Bolívar y Capriles demuestran aunque sea que hay un solo voto fuera de lugar, esa prueba es suficiente para solicitar se impugnen las elecciones basándose en que el sistema no refleja la voluntad de los electores.

Ahora bien, llegado a este punto, podemos comenzar a comprender por que el CNE le da largas a la fecha de comienzo de auditorías y las trabas que coloca para realizar la misma, asegurando además que el proceso de auditoría “no frena los días legales para solicitar la imputación”. Un juego de doble cara. Buscan la manera de hacer que los días para impugnar se cumplan sin que la oposición logre recaudar pruebas.

Sin embargo, alargar el proceso de auditorías, al contrario de lo que se pueda pensar no ayuda al régimen, sino que al contrario lo debilita y pone en sospecha de un verdadero fraude. Solo queda una forma de detener lo inevitable: Un autogolpe? NO. No es necesario llegar a eso, puesto que eso no duraría en Venezuela más que horas debido a la presión internacional y los levantamientos insurgentes civiles y militares que desconocerían un gobierno de facto. Pero SI hay una manera de detener TODO sin romper las líneas de la constitucionalidad: suspensión de garantías. ESTADO DE EXCEPCIÓN.

No hay manera de decretar tales estados de excepción dentro de la legalidad sin situaciones que lo ameriten. Pero si el gobierno quisiera “propiciar” tales estados (figurando) podría manipular la tensión política de sus seguidores y sus contrarios con modos de “provocación” que puedan desencadenar por ejemplo enfrentamientos de calle o crisis civiles, saqueos, etc (recuerdan cuando dijeron que apoyarían al pueblo si se armaba un caracazo nuevamente?). Como? Por ejemplo una cadena en la que se exacerban los sentimientos de ambas partes políticas del país. Hacer que unos se sientan atacados y a otros ofendidos. Podría mantener un discurso marcadamente divisorio en el que llama al odio y al sectarismo para mantener precisamente esa división irracional entre los ciudadanos y asegurar que las calles estén siempre enfrentadas. Quizá con despidos sin amparo legal, desconocimiento de derechos, etc.


Ante una eventual situación violenta de calle, la excusa estaría servida en bandeja de plata para congelar cualquier proceso de auditoría al menos por unos días, precisamente los necesarios para luego decir que “el lapso para imputar se venció” y que al no presentarse tal solicitud pues ya no se puede proceder. Esto se llama “un verdadero plan malévolo” digno del salón de la maldad de aquella comiquita “Los Superamigos”.

Pero guerra avisada no mata soldado, por lo que la oposición no debe perder de vista su meta: AUDITORÍA.

Es claro que el gobierno no puede plantear una situación en la que no acepte hacer esa auditoría, por que de poder hacerlo, “ya lo hubiesen hecho”.


En estos momentos solo vemos síntomas de terror. El gobierno está como una presa acorralada que tira a morder al vacío con la esperanza de que su depredador se asuste y huya. En esta oportunidad (también inédita para este gobierno) la oposición ya no tiene miedo de sus ladridos y al contrario, sigue adelante con una estrategia que finalmente, y muy pronto, terminará en la victoria. No debemos caernos, estando tan cerca del final, con una “conchita de mango”. Es ahora que debemos demostrar TEMPLE e inteligencia. NO CAIGAMOS EN PROVOCACIONES. CALMA. No desesperen. Hay un equipo ALTAMENTE COMPETENTE de personas acompañando a Capriles y que no descansa NUNCA defendiendo no solo una posición política, o personal, o de partido, sino la posición que casi 8 MILLONES DE VENEZOLANOS TENEMOS. No decaigan! Estamos MUY cerca de la victoria. ¿Qué como lo sé?: por que los perros ladran.

NOTA FINAL: No suelo pedir que difundan mis escritos o el blog. Pero en este caso es importante que hagan llegar estas lineas a nuestra gente. NO DEBEMOS CAER EN PROVOCACIONES. DIFUNDAN! (Y gracias por eso!)

domingo, 21 de abril de 2013

DE LO QUE PASARÁ AHORA CON MADURO Y SU GOBIERNO




No es secreto para nadie en el mundo que las elecciones del pasado 14 de abril de 2013 en Venezuela se han visto cubiertas por una pesada bruma que pone en entredicho la legitimidad de la proclamación del candidato oficialista Nicolás Maduro Moros como presidente constitucional de Venezuela.

La misma noche de las elecciones, y como es costumbre, la rectora principal del Consejo Nacional Electoral Tibisay Lucena, anunció que por totalización del 99,1% de las actas de escrutinio de las maquinas de votación distribuidas en todo el país y con tendencia irreversible, el ganador de la contienda electoral, con un poco mas de 234.000 votos era el candidato Nicolás Maduro. Sin dar derecho a pregunta alguna o intervención de ningún tipo, la rectora Lucena se retiró del recinto y dejó al rector Vicente Díaz, quien inmediatamente manifestó su propuesta de realizar una auditoría de votos debido a la estrechísima brecha de sufragios que separaba a las opciones electorales de oficialismo y oposición.

La sorpresa no se hizo esperar en la población Venezolana, puesto que en el mismo ambiente oficialista era claro, a las 6 pm, que la opción del candidato opositor Henrique Capriles Radonski había logrado lo que se creía imposible: la victoria contundente de la oposición Venezolana.

A pocos minutos de finalizada la rueda de prensa para realizar el controversial anuncio por parte del CNE, el candidato opositor se dirigió al pueblo Venezolano. En su comunicación aseguró que los resultados que el CNE acababa de anunciar NO se correspondían con la sumatoria total de votos emitidas en las actas de escrutinio de las maquinas electorales, por lo cual solicitaba una “auditoría” para realizar el conteo de los sufragios uno a uno. El candidato Maduro aceptó la propuesta en público en su alocución durante la noche del 14 de abril en el balcón del pueblo (Miraflores).

Ahora bien. Esta fue, en pocas líneas, la situación vivida ese día 14 de Abril en Venezuela.

Al siguiente día, 15 de Abril, el CNE se apresuró de manera inusitada y “atípica” a la proclamación oficial del candidato Maduro como presidente electo de la república. Las reacciones no se hicieron esperar. Aquello era a todas luces una provocación por parte del gobierno, puesto que hacer aquella  proclamación ante una solicitud de auditoría ante una situación irregular en el conteo de votos era moralmente incorrecto, y mucho más cuando tomamos en cuenta que ya para el día 15 de abril numerosos representantes del gobierno y sus instituciones se pronunciaban EN CONTRA de la auditoría y el conteo de votos, como lo fueron Jorge Rodriguez (Jefe del comandod e campaña oficialista), Luisa Estela Morales (Tribunal Supremo de Justicia) y el mismo CNE, entre otros.

Durante esa semana se suscitaron miles de denuncias, marchas, atropellos, situaciones de violencia, protestas etc. en todo el país, tanto por sectores opositores como por parte del gobierno y sus seguidores.

El día Jueves 18, a solo 4 días de las elecciones, y tras una reunión de los rectores del CNE que duró cerca de 8 horas, se anunció que se haría la auditoría de los votos solicitados por la oposición al restante de cajas de votación (46%) sin auditar, aunque con ciertas condiciones y aseveraciones que hacen percibir una suerte de condicionamiento para dicha auditoría, lo cual es “irregular”, sobre todo cuando es “el auditado” el que propone las condiciones. Sin embargo, tras días de protestas por casi 8 millones de venezolanos que escogieron a Capriles como su opción a presidente, el objetivo estaba logrado: la auditoría se realizaría.

Ahora, la cuestión que nos atañe hoy, 21 de Abril de 
2013 es  ¿Qué pasará con esta auditoría si apenas ayer en rueda de prensa 3 rectoras del CNE aseguraron que esa auditoría NO TENDRÍA INCIDENCIA SOBRE LOS ESCRUTINIOS?, es decir, ¿que sin importar que la auditoría refleje números favorables a Capriles, la decisión de que Maduro es el presidente es inamovible? Pues no. Una cosa es lo que queremos y otra es la que dicta la ley.

Ciertamente, la proclama de Maduro como presidente ya está hecha y no se puede disolver por parte del CNE. El recurso siguiente es pedir IMPUGNACIÓN de las elecciones por inconsistencia del sistema electoral al momento de las elecciones (OJO! NADIE ESTÁ HABLANDO ODE FRAUDE). Esta decisión la debe tomar como órgano competente el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del cual, su máxima autoridad se ha anulado a si misma al declarar en días anteriores a la aceptación por parte del CNE a realizar la auditoría su opinión completamente parcializada a favor del gobierno y en la que aseguró que el conteo voto a voto era “inadmisible”. Esta opinión, dentro del marco legal venezolano, la inhabilita para participar en posteriores participaciones o tomas de decisión con respecto a este tema.

Hoy, los millones de venezolanos que defienden una u otra opción viven en la zozobra de no saber que está pasando, y en las calles se vive un ambiente tenso ante la espera de una situación violenta que puede desatarse de un momento a otro. El discurso por parte de los voceros y medios gubernamentales no ha sido en lo absoluto conciliatorio, sino que al contrario llama a la confrontación y a la violencia con frases como “no volverán! Y el pueblo patriota y armado defenderá esta revolución que ha llegado para quedarse”, lo cual los sectores de oposición no reciben como grata oferta de paz ante una situación de crisis política nunca antes vista en la historia democrática venezolana en la que cada día, con cada declaración oficial, la sombra de fraude parece materializarse más claramente frente a un gobierno que se niega de todas las maneras posibles a realizar el conteo de votos y espera que el pueblo acepte, a ciegas y manso, unos resultados que no se corresponden con la realidad.

Pero no escribo hoy para generar más angustia, sino por el contrario, para darles tranquilidad. Hoy quiero que entiendan cual es la “verdad” de los procesos que se están llevando a cabo en este momento en el país. Sin necesidad de videos, de fotografías ni complicados cálculos matemáticos o estadísticos.

La cosa funciona así: El día de las elecciones, cada comando de campaña (entiéndase oposición y oficialismo) contaban con testigos en cada centro de votación. Independientemente de que estos testigos hayan sido o no desalojados de manera arbitraria e ilegal de muchos centros de votación por parte de órganos de seguridad del estado, la realidad es que al final de cada evento electoral, CADA MAQUINA DE VOTACIÓN emite un ACTA DE ESCRUTINIO, y se le da una copia exacta a cada comando, por lo que incluso antes de que se den resultados oficiales, cada comando de campaña SABE los resultados de las elecciones en cada parroquia, en cada municipio, en cada estado, y por ende, por simples sumas, del total del país. Es completamente entendible entonces que si uno de los comandos, con las actas de escrutinio de cada mesa electoral del país en mano, al sumar tenga un resultado X y no se corresponda con los resultados “oficiales” pida auditoría, porque obviamente hubo una falla en el sistema (repito, independientemente de ventajismos o abusos por parte de uno de los candidatos… eso es otro tema que no estamos discutiendo aquí).

El proceder ante tal situación es la que el candidato Capriles ha planteado. Solicitud ante el CNE a realizar la auditoría, puesto que el CNE es el órgano competente en materia técnica electoral. Realizada esta auditoría, contemplada en el artículo 162 de la ley de procesos electorales, contempla precisamente lo que el candidato Capriles  ha pedido. Transcribo textualmente dicho artículo:

Artículo 162. La verificación ciudadana del cierre de la votación, se efectuará mediante la revisión de los comprobantes de votación con relación a los datos contenidos exclusivamente en el acta del acto de votación elaborada por los miembros de mesa. El acto de escrutinio se efectuará una vez que finalice el acto de votación. El Presidente o la Presidenta de la Mesa Electoral anunciará en voz alta el inicio del acto.

En concordancia con esto, el proceso de “verificación ciudadana”, que no es más que una auditoría en caliente al momento del cierre de las mesas electorales, contempla el conteo de boletas electorales en contraste con los resultados del acta emitida por la maquina. Es entonces de esta manera, que se establece por lógica e interpretación, que el proceso de auditoría al resto de las cajas de votación y material electoral sea EXACTAMENTE EL MISMO QUE SE REALIZÓ AL 54% que se realizó “en caliente” y no de otra manera. Eso contempla: COMPROBANTES DE VOTACIÓN, LIBROS Y ACTAS DE ESCRUTINIO. Este punto, a pesar de las declaraciones ambiguas de numerosos representantes del gobierno, no está en discusión, puesto que hacerlo de otra manera es un “condicionante irregular” a un proceso de auditoría. Hacerlo de otra manera, u obviar alguno de estos tres (3) elementos fundamentales del acto de votación sería no solo absurdo, sino ilegal, puesto que precisamente la auditoría se hace para establecer que se corresponden los resultados finales con lo que está en físico y que conforma de por si el sistema electoral.

Establecido esto, habrá quien dice que en el tiempo que se ha tomado el CNE para establecer la auditoría ya podrían haber llenado cuadernos de votación con electores falsos, fabricar votos, etc. Pues NO. Y no pueden por que debemos recordar que cada comando cuenta CON LAS ACTAS DE ESCRUTINIO ORIGINALES EMITIDAS POR LAS MAQUINAS DE VOTACIÓN EL MISMO DÍA DE LAS ELECCIONES, y ese escrutinio es “inamovible”, puesto que se hace al momento de cerrar el acto de votación, lo cual significa que después de emitir esas actas NO HAY NI UN VOTO MAS NI UNO MENOS EN ESA MAQUINA. Recordemos que en este acto de auditoría se contrastarán los resultados impresos en las actas con lo que corresponde a cada máquina, que a su vez se corresponde con centros electorales “REGISTRADOS” como tal en la data oficial del padrón electoral, por lo que cualquier máquina “fantasma” que haya podido sumar votos “fantasmas” no entra en conteo de auditoría porque sencillamente no tiene actas de escrutinio y no corresponde a ningún centro electoral. Para eso es la auditoría.

Ahora, ¿Qué pasará cuando termine la auditoría si resulta favorecer a Capriles?, muy fácil. Si esto sucede, el siguiente paso es “impugnar” las elecciones ante el TSJ con base a la inconsistencia numérica de los resultados. Es aquí donde entran en función 2 posibles escenarios:

1-      EL TSJ aprueba la impugnación y debe pedir al CNE que se repitan las elecciones por inconsistencia en resultados (como lo prueba la auditoría. Por eso es TAN importante). Con las pruebas en la mano ante tal eventualidad, difícilmente el TSJ puede dar negativa a esta decisión.

2-      El TSJ NO procede ante la impugnación y desconoce los resultados de la auditoría.

Ante esta eventual negativa del TSJ, podemos ahora decir que ya hemos agotado los recursos constitucionales y administrativos correspondientes para la solución de una situación como la que vivimos y que implicaría obviamente la impugnación de las elecciones y sus resultados. Comienza entonces la segunda etapa procesal: se comienza una solicitud de impugnación a nivel internacional. Y ¿Qué es eso?, pues sencillamente se denuncia la irregularidad y mediación ante organismos como la OEA, ONU o UE, los cuales comienzan procesos administrativos para solicitar a Venezuela la resolución de la crisis política que genera la negativa a legitimización de los resultados electorales que arrojó la auditoría. Ante una posible negativa del gobierno a resolver ahora a petición de organismos internacionales sobre la querella electoral y la situación del gobierno, que llegado a este punto sería considerado “ilegítimo” por todas las organizaciones internacionales, comenzarían las sanciones económicas internacionales, con lo cual se cesarían negociaciones, tratados y acuerdos con Venezuela hasta que se regularice la situación. Esto no sería una situación inédita. Ya ha sucedido con numerosos países como Irán, Corea del Norte, Cuba, Paraguay y Honduras, por nombrar algunos. Tomando en cuenta que el gobierno Venezolano ha construido su base operativa en función de negociaciones y cooperaciones internacionales no hay que ser un genio para establecer lo que esto significaría para sus ya quebradas finanzas y capacidad de funcionamiento.

Llegado al punto este, Venezuela no podrá exportar petróleo (principalísima fuente de ingresos), sus cuentas y bienes en el exterior serían congelados, nadie le comprará absolutamente nada, y sería solo cuestión de tiempo que el gobierno se desmorone ante su propio peso.

Quizá, debido a lo estratégico que es nuestro país para el continente y el mundo, esta situación no se alargue tanto como se puede pensar, y más temprano que tarde un eventual gobierno ilegítimo (solo establecido así cuando la auditoria lo diga) sería destituido en el país.

Podrían pasar muchas cosas más obviamente que pueden desencadenarse de este proceso: Levantamientos militares de sectores que desconocen a Maduro como presidente ante los resultados de la auditoria, un estallido social, extraterrestres invasores, una explosión del sol, dinosaurios revividos que acaban con Miraflores, etc. Al final, la auditoria arrojará unos resultados, y estos se convertirán de manera INMEDIATA en la prueba más firme de la realidad venezolana, y solo a partir de ahí se desencadenarán los procesos que deban desencadenarse. Quizá esta es la razón por la cual un gobierno bajo sospecha trata de distraer la atención sobre los resultados electorales fabricando noticias de muertos, instalaciones de salud atacadas, ordenes de captura etc. y se trata de negar en todas las maneras posibles a un proceso de auditoria a los resultados electorales. Si hay algún error en los datos electorales, la auditoria los detectará.

De esta manera, podemos tener la certeza, que sin necesidad de llegar a la violencia y siguiendo todas las rutas legales necesarias, nuestro país llegará en solo un mes a conocer una verdad que luego no podrá callar nadie. El candidato Capriles está siguiendo el camino DEMOCRÁTICO y legal en completa concordancia con nuestra carta magna. Ahora solo queda acompañarlo siempre. Sin decaer, sin amedrentarse, sin caer en juegos siniestros de desinformación o desesperanzadores. Hoy más que nunca podemos tener la certeza de que la verdad no la podrán tapar, y que Venezuela está comenzando a ver un nuevo amanecer. Solo hay que esperar unos días más. Es MUY acertado el apodo dado por Capriles al candidato Maduro: El Breve.

sábado, 20 de abril de 2013

POR QUE LUCHAR Y NO RENDIRSE?



Aquel día en que las velas de un barco español llegaron a nuestra tierra comenzó todo.

Una delegación de 24 indígenas en canoa se acercó a la embarcación en la que se encontraba Colón. Este al verles acercarse hizo que sonara un tambor y que la tripulación bailara. Pensaba que los tripulantes de aquella canoa se interesarían en la fiesta, pero por el contrario, comenzaron a lanzarle flechas. Colón sacó una ballesta. Inmediatamente, y tras masacrar a unos 3 indígenas, estos se dieron cuenta de su superioridad armamentística y decidieron dejar de atacar.
Poco más de 500 años han pasado desde ese primer encuentro, pero la huella genética de esa sumisión ante el poderoso parece no haberse borrado nunca de nuestro ADN, vivimos ahora en un país “libre” en el que debemos estar sumisos siempre ante el que consideramos poderoso, sin voz, humillados, a merced.
Y es que la libertad, la justicia, los derechos, no se dan por decreto. Deben ganarse a pulso, como lo hicieron los libertadores, y solo así se levanta el espíritu del sopor de la sumisión. Hay hoy un hombre luchando por esa justicia. Un paladín, que se niega a que una vez más debamos estar sumisos y sin voz ante aquellos que se creen poderosos e inamovibles como una montaña. Hoy ese hombre parece representar esa voz que dentro de cada uno de nosotros grita “NO ACEPTO”. Parece ser la personificación de eso dentro de cada uno de nosotros que grita “HASTA CUANDO?!”.

Si ciertamente parece que ha habido un respiro, un despertar, también es cierto que el derrotismo y la apatía se apoderan de la mayoría ante las demostraciones de soberbia y de abuso de aquellos que se creen por encima de nosotros por efecto de un manejar fraudulento de las leyes y los procesos. Cierto es también, que los asesores represivos saben que la mejor manera de domar a una bestia fuerte y grande es hacerle pensar que el domador es ahora más fuerte y su látigo es más poderoso. Pero solo es ilusión. Ningún látigo puede parar la furia de un león. Es como la psicología aplicada al elefante que amarrado con una cuerdita desde que es bebe, cuando llega a adulto no hace el esfuerzo de soltarse porque piensa que esa cuerda es irrompible. El domador siempre tratará de engañara a la bestia gigante para poder dominarla… pero eso no lo hace más fuerte.

Hoy, en nuestra tierra hay una bestia que parece estar despertando y que toma conciencia de su fuerza. Hoy tenemos a un guía que se enfrenta al domador y lo hace retroceder unos pasos. Hoy podemos ver a ese domador con ira en los ojos al saberse en evidencia y desesperado por mantener el poder arremete con un látigo más ruidoso, más largo. La mentira siempre se descubre. Hoy nos damos cuenta que ese látigo es de mentira y que no puede detenernos. Pero veo con preocupación que con el pasar de los días muchos parecen rendirse. Muchos parecen entregarse de manera pasiva a un régimen, como si fuera imposible vencer, como si todo estuviese perdido, y así, vamos dejando solo al paladín, que sin nuestra fuerza se hace débil de nuevo…

¿Por qué debemos luchar?: porque si no luchamos no somos nada. Porque si no luchamos no podemos reclamar, no tendremos voz. Porque si no luchamos el domador recobrará fuerzas y nuevamente entraremos en el sopor del que por fin estamos a punto de salir. La lucha no es de un día. No podemos desfallecer apenas en una o dos o tres semanas! Porque el domador no descansa nunca y puede soportar años. Esta es una pelea de desgaste, y el que se canse primero pierde la voz. No somos unos pocos. No somos débiles. No somos unos locos, pero sobre todo, debemos entender que NUESTRA VOZ ES MÁS FUERTE POR QUE SOMOS MÁS.

No debemos permitir nunca más que el abuso de aquellos que se creen poderosos por decreto o por un papel que les confiere poderes quede impune ante nuestros ojos. ¿Por qué debemos aceptar que se nos pise y se nos humille cada vez que le provoca a cualquiera con “poder”?, ¿Por qué  cada vez que reclamamos justicia o nuestros derechos debemos ser objeto de burlas e insultos y retroceder de nuevo de manera pasiva y callada como un animal asustado en la esquina oscura de la jaula?. NO! YA ES HORA DE NO RETROCEDER Y HACER CUMPLIR NUESTROS DERECHOS. Es hora de que nuestra conciencia despierte! Y si nuestro ADN tiene programado el miedo a la ballesta de Colón, también debe tener grabada la fiereza de nuestros ancestros guerreros! Es hora de activar esa fiereza! NO DEBEMOS ENTREGARNOS! NO DEJEMOS SOLO A NUESTRO PALADÍN!

Cuando los libertadores se enfrentaron a los españoles para conseguir nuestra libertad lo hicieron en desigualdad de condiciones. Lo hicieron sabiendo que el imperio era más fuerte, con mejores armas, con más recursos… y aún así los libertadores ganaron. Porque la fiereza de un pueblo no la paran látigos ni gritos.
Hoy la batalla es solo de cacerolas y canciones, y con solo eso hemos logrado hacer que el domador retroceda unos pasos. Hemos demostrado que somos muchos y que somos fuertes. Ha sido como cuando el domador escucha el fuerte rugido de un león que se puede abalanzar sobre él… ha retrocedido… asustado… gritando y agitando el látigo con fuerza, pero con un fuerte temblor en la mano… se ha dado cuenta que el león es fuerte y grande… se ha dado cuenta que el látigo no puede contra esa mole… pero lo más importante, es que el león comienza a darse cuenta de su fuerza… el elefante comienza a notar que la cuerdita atada a su pata no puede detenerle…

Desde hace 200 años nuestro pueblo no estaba sometido a mandato alguno más que a su propia voz, en libertad. Por primera vez debemos invocar a los ancestros y nuevamente GANARNOS la libertad que nos dejaron hace tantos años y luchar con lo que sea necesario contra este nuevo régimen de esclavitud que busca controlar, humillar y sumir a un pueblo a los caprichos y designios de unos pocos que se sienten superiores por herencia a la mayoría. Porque no es cuestión de un solo hombre. Porque no es cuestión de “que irán a hacer aquellos”, sino de “que podemos hacer nosotros”. Porque la cuestión es que la libertad y la justicia SE GANAN A PULSO, y el poderoso domador no la va dar nunca por iniciativa propia… 
Ya basta de aquella triste frase “aquí se va a prender un peo!” mientras esperamos que ese “peo” lo prendan otros. Ya basta de eso de “aquí hay gente resteada!” pensando en que salgan otros. Es hora de demostrar que SOMOS resteados y que el “peo” lo vamos a prender nosotros! Porque si TODOS nos unimos no nos puede parar nadie. Llegó la hora de demostrar que el león es más fuerte que el látigo. No se entreguen, que nuestro paladín no se ha entregado y merece nuestro apoyo. Yo no me entregaré. Yo lucharé hasta el final por la justicia, por la libertad, por mi familia, por el futuro de mi hija y de los que vienen... y aún creo en este pueblo. Espero no estar equivocado, porque nuestro paladín también cree en nosotros...

EL VIOLIN. PARTE 1

Cuando tenía unos 6 años de edad, me sentí profundamente atraído por la música. Recuerdo que en casa teníamos uno de esos equipos de sonido ...